Wednesday, April 6, 2011

A PROPOSITO DE DERECHOS HUMANOS.

En épocas anteriores al llamado proceso de globalización, en el que mucho ha tenido que ver la revolución en las comunicaciones, era muy dable insistir en un concepto que hoy nos parece algo lejano: el llamado equilibrio en la correlación de fuerzas entre bloques políticos de diferente signo. La persistente querella Estados Unidos versus Unión Soviética, determinaba el curso del mundo lacerado por el resultado más inmediato y concreto de la Segunda Guerra Mundial: la guerra fría.

Con el advenimiento de los años 80 durante el siglo pasado sobrevino el gran cambio que ahora habría de producirse. Las fisuras en el bloque soviético se fueron agrandando y terminaron con la propia existencia de la URSS, nación fundada por decreto y desde sus mismos orígenes preñada de contradicciones manifiestas en todos los órdenes, que no fue otra cosa que un gigante con pies de barro.

Los procesos históricos, no obstante, suelen ser convalecencias de larga duración y el apogeo del socialismo marxista no fue excepción en este sentido. Lenin hizo sus "aportaciones" y trató de adecuar las ideas de Marx mediante su teoría del "eslabón más débil de la cadena imperialista"; teorizó al respecto y sin dudas, se equivocó. Como prometió, la soga que según afirmaba, iban a proporcionar los capitalistas para ser ahorcados por los rebeldes proletarios, se convirtió en la mención del mecate en casa del ahorcado; de esa misma suerte serían inverosímiles un montón de citas que muchos de los "teóricos" actuales repiten citando una bibliografía que hoy, más que nunca, debería ser considerada como de consulta.

Lo que aún me sobrecoge de todo esto, es que el nivel de desinformación prevaleciente en algunos lugares permita creer a algunos en las fatales ideas políticas del socialismo marxista y totalitario que como ideología le sirva de escenografía a la represión del pensamiento por medio del totalitarismo. Habría que comenzar por explicar lo pernicioso de la ideología como término y conceptualizar los resultados en los escenarios donde su efecto desbastador ha convertido en polvo los sueños y anhelos de generaciones pasadas y en algunos casos, aún por venir. Parece trágico afirmarlo pero no tengo dudas que es así.

Para mí la importancia de una gran campaña en pos de la consecución de los derechos humanos amén de las latitudes y las fronteras, estriba precisamente en que ha sido desde sus orígenes la mejor y más firme, además de articulada respuesta de la humanidad a la barbarie y la ignominia. Excepción hecha de circunstancias históricas como el fenómeno del colonialismo que no es justificable bajo ninguna condición y que hoy es agua que corre bajo el puente, los abanderados de esta gran tarea han logrado crear un argumento solucionador. Detractores en disposición de echar leña al fuego siempre van a existir pero todo lo que pueden aludir a contrapelo de las evidencias históricas deberá ser conceptualmente inadmisible.

Es debido a lo anterior que no nos corresponde a nosotros argumentar sobre el valor de nuestras ideas en defensa de los derechos de cualquier ser humano; son los enemigos del humanismo como filosofía y los defensores a ultranza de las ideologías los que dan la respuesta más precisa de su incapacidad para creer en la libertad genéricamente vista y específicamente planteada en cada aspecto de la vida de los hombres. La contraparte de esa libertad es la represión y el desprecio por todo lo que no se adecue a los moldes del empirismo totalitario.

El caso cubano es una clara referencia, allí a diferencia de lo ocurrido en el resto del Planeta se vive de espaldas a la realidad a la vez que se trata de crear la apariencia de una sistémica solidez ideológica que además de fatal es también inexistente. Podrán argumentar los nuevos teóricos de vacía mochila intelectual lo que les venga en gana, el papel lo aguanta todo y potenciales citas extraídas de su natural contexto servirán para argumentar una tautología en boca de personajes convenientes según lo que se quiera afirmar, pero el colofón lo da la represión y su secuela de horrores que siempre terminan tratando de opacar la luz de las ideas en la oscuridad de una mazmorra.

José A. Arias.

2 comments:

  1. no me gusto es orendo no viene lo kj keria son unas mdassss

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  2. si es un asco anonimus ;D

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