Saturday, January 26, 2013

MARTÍ EN MI MEMORIA. Mario Morales.


El Martí que percibo ahora no se parece al que me enseñaron de niño,  menos al que conocí siendo joven, muchísimo menos al que pretendían inculcarme para mostrárselo a mis alumnos en aquellos inolvidables tiempos de docente de Historia de Cuba.
Su imagen externa sigue siendo la misma, pero ha ido cambiando mi modo de mirarlo al interior, de analizarlo, de valorar su trascendencia. Hoy me atrevo a decir, con la misma reverencia con la que me acerqué a él durante tanto tiempo,  que su vida ha sido cubierta con una aureola mítica tan perniciosa como fatal para la vida política de Cuba.
En aras de construir un referente patriótico-nacional con su panteón de héroes, como herederos de los valores éticos y estéticos de la cultura greco-latina, políticos, literatos, pedagogos e historiadores contribuyeron a la creación de la mitología martiana.
Alcanzada una precaria independencia en 1902, muchos de los líderes de primera línea de las dos guerras de independencia habían muerto. Los caídos mas importantes fueron convertidos en figuras marmóreas y los terribles años de guerra contra la soberanía española sobre la Isla se transformaron en una gesta cantada y sublimada hasta lo infinito, donde seres casi titánicos, solo con el machete como arma y relampagueantes ataques de caballería, eran capaces de asestar golpes mortales a los batallones hispanos,  numerosos y mejor armados que las harapientas huestes mambisas.
Desde la recopilación y publicación de los primeros textos  por Gonzalo de Quesada y Aróstegui, en 1900, Martí comenzaría a ser conocido poco a poco por una elite educada que reconocía en él un brillante exponente del modernismo. También, con el tiempo, sin comprenderlo en su verdadera dimensión literaria y política, seria adorado y venerado por una masa iletrada como una deidad intocable. Las primeras biografías comenzaron a destacar sus dones intelectuales, el martirologio increíble de un hombre que contra todos los pronósticos fue capaz de fundar un partido para encauzar la guerra necesaria, pero también sobredimensionaron ciertas cualidades hasta presentarlas casi como sobrenaturales. 
De ahí los contrastes por la curiosidad inevitable que nace del misterio que lo envuelve. En los ocultos rincones de las muchedumbres, ávidas de saber mas allá de lo escrito, se propalarán no pocas historias, falsas o verdaderas, sobre la vida privada del héroe de Dos Ríos que lo acercaban más a las debilidades humanas y placeres terrenales que a un dechado de perfecciones como pretendían sus apologistas. Se susurraba sobre su amor secreto con la niña de Guatemala, que fue un bebedor gustoso de ginebra, que era el verdadero padre  de María Mantilla,  y hasta un mal marido de Carmen Zayas Bazán.....
Era, quizás, una manera del cubano de mostrar su desconfianza ante un ser aparentemente impoluto o, tal vez, la no poca envidia y los recelos que había despertado la fragilidad del hombre de letras, delicado, poeta, de prosa elegante en los círculos de emigrados y veteranos de la Guerra de los Diez Años lo que lo hacia víctima de comentarios soeces a sus espaldas.
Nos preguntamos entonces cómo fueron las relaciones entre él, Gómez y Maceo,  los dos últimos caudillos militares curtidos en las guerras contra España y poseedores de la mayor autoridad patriótica. Fueron muy difíciles, pero la humildad, el respeto y la perseverancia, características de una personalidad  cautivadora como la de José Martí le permitieron captar la atención y cierto acatamiento a sus gestiones revolucionarias en el exilio. Pero no fue suficiente el empeño demostrado en la organización  de la guerra por la libertad de Cuba. Tuvo que demostrar en la manigua que su liderazgo era bendecido por las balas y las inclemencias del conflicto bélico. Y ahí se perdió su vida. Relativamente solo, en una estampida, más que en una carga organizada, su caballo blanco y él, jinete de ocasión, para demostrar su valor en el campo de batalla ante aquellos que siempre desconfiaron de los hombres de levita, fueron presas fáciles del mortífero fuego de la columna del Coronel Ximénez de Sandoval.
Quedaba inconclusa la carta a su amigo Manuel Mercado donde declaraba los peligros que podrían venir del vecino norteño para la independencia de la Isla. Peor aun, quedaba su diario mutilado, precisamente en la parte donde se podía encontrar el relato de la discordia entre él y los grandes jefes militares. El problemón que flotaba en el ambiente de La Mejorana: el equilibrio entre el poder civil y militar. Fue el primer acto de censura política en nombre de la unidad. Cuánto daño causaría a los cubanos mucho después. Quien haya sido el autor de tal acción tuvo un gesto muy oscurantista e irresponsable para el futuro de la República por la que Martí dio fatalmente su vida de manera tan temprana. No era ni siquiera cubano.  Porque Cuba como nación apenas existía. Era un exiliado, un proscrito, no tenia patria, quería, desde la libertad, fundar la suya y la  de sus congéneres.

Monday, January 21, 2013

NOSOTROS LOS CUBANOS. Mario Morales




Nosotros los cubanos no aceptamos otra verdad que no sea la nuestra. Y me refiero a miles de verdades diseminadas por el mundo, no a una sola. Cada cubiche  posee la suya.  Es casi imposible arribar a un acuerdo entre nos.
Una discusión entre amigos o familiares sobre un tema político de cualquier índole, por ejemplo, puede terminar en un grave exabrupto o en un total desparpajo sin sentido, más cuando hay ron por medio. De ahí que entre nosotros no falte  alguien, con agudo sentido del sarcasmo, convencido de que entre cubanos el tema preferido es hablar mierda.
La historia parece ilustrar que casi todas aquellas verdades que hemos aceptado como pueblo nos la han impuesto por la fuerza o a través de sucesivas medias verdades. Muchos mitos se han construido en torno a nuestro acontecer económico, político y social.
Cuando Cuba alcanzó su independencia de España en 1902, después de larga, sufrida lucha y gracias al empujoncito final de los vecinos norteños, los cubanos apenas se identificaban como tales. La colonia sobrevivió en la república durante mucho tiempo e hizo imposible crear un sólido Estado de derecho funcionable y moderno  en los 50 años anteriores a la revolución de Fidel Castro, a pesar del hito que significó la constituyente de 1940. Ésta quedó pisoteada el 10 de marzo de 1952 apenas cuando comenzaba a despertar cierta conciencia civil en una reducida parte de la sociedad.
Fue fácil entonces para jóvenes ambiciosos y oportunistas, ávidos de protagonismo político, emplear la  violencia para desmantelar el sistema, abrirle las puertas a la expansión soviética y agudizar el caos. Aquel desastre, no obstante, encajó con precisión en la idiosincrasia del cubano, caracterizada por el pobre respeto a la institucionalidad republicana.
La doctrina que pretendía explicar el origen del caos y justificaba la violencia para alcanzar una solución fue esbozada en un libelo de tufillo facistoide  conocido como "La Historia me Absolverá". Uno de los panfletos más embaucadores de la Historia política de Cuba. En este texto se teje una visión trágica de los primeros 50 años de república y se le endilga a José Martí el título oneroso (y por supuesto no consultado con él) de autor intelectual del asalto al cuartel Moncada. Acción militar que muestra el perfil terrorista de Fidel, oculto tras la represión sangrienta de Batista. El y su querido hermanito salvaron las vidas, el primero gracias a la intervención de un cura.
A pesar de este fraude doctrinario, cuyas nefastas consecuencias pueden apreciarse por toda la isla, muchos cubanos aún no comprenden del todo cómo han sido engañados. Todavía sigue siendo difícil, por no decir imposible, arribar a consensos sobre ciertos temas políticos que inciden en el futuro de Cuba. Del lado oficialista se imponen las directivas e intereses de los Castro. Del lado de la oposición, con el espionaje y el boicot de los represores, no se termina por crear un frente nacional democrático que integre a todos los grupos que se oponen al Régimen. 
La dinastía procomunista de los Castro ha tenido éxito en dividir y aletargar al pueblo cubano. Lo ha convertido en una especie de zombi que deambula en un limbo lleno de consignas estúpidas, sin voluntad para utilizar sus fuerzas en asumir un destino que lo acerque a una sociedad libre y emprendedora. Muchos cubanos, lo he observado con tristeza, se preguntan y para que sirve ese propósito si estamos bien……….Tienen miedo a vivir sin la tutela y las migajas de un Estado todopoderoso. Es comprensible. En mis estudios sobre la esclavitud en Cuba recuerdo haber leído cómo muchos esclavos se resistían a abandonar las plantaciones cuando fue decretada en 1886 la abolición de ese inhumano sistema de trabajo.
La precariedad de la comunicación libre entre las personas por la vía la de la prensa escrita, radial y televisiva, el escaso transporte publico y privado, la pobre cobertura de la internet en la actualidad, el desabastecimiento de bienes de consumo, el mercado negro con su secuela de robos y desvíos de recursos sin ningún tipo de sanción moral del pueblo, la corrupción generalizada de toda la sociedad, la reducción a su mínima expresión de la propiedad privada sobre los medios de producción, han sido los principales aliados de los Castro en el encumbramiento de su enorme poder.
Lo insólito del caso cubano es que entre aquellos que critican y se oponen con vehemencia  al Régimen existen algunos personajes carentes de la necesaria humildad o modestia para reconocer los valores de las ideas del otro. “Lo que describo o critico yo es lo valido, no sirven de nada los argumentos del otro”. Así es difícil reconstruir entre todos el tejido ideológico necesario para una alternativa democrática posible en Cuba.
Qué necesaria es la tolerancia, pero también la disciplina y honestidad en todos los elementos que están dispuestos a construir la nueva Cuba. Una posición común que atraiga a todos los cubanos de valor que se hallan por doquier como respuesta a la cultura de la desconfianza, el rencor y la envidia. Solo así podremos comenzar a desecar el pantano en que nos han lanzado...