Los diferentes aspectos relacionados con las causas y las consecuencias del
deterioro de los índices vinculados al decrecimiento paulatino de la población
cubana, constituyen un tema del que parece hablarse bastante incluyéndose en una
reiterada afirmación general, sin embargo, pocos le conceden la importancia que
realmente tiene en el sentido de su influencia relacionada a plazos temporales
que por momentos parecen trascender lo imaginable al observarlos detenidamente.
Empecemos por lo más alarmante. Actualmente Cuba es el segundo país con el
índice de envejecimiento más alto de América Latina y el Caribe, sólo después
de Uruguay. Del total de la población, 11 414 152 habitantes (cifra actual
―2016) un 11.6% del total, son mayores de 65 años y los mayores de 60, elevan
el porcentaje a 16.5%.
Está calculado que para el 2025 Cuba pasará a ser el país más envejecido de
la región y uno de los 25 con población de edad más avanzada en todo el Planeta.
De mantenerse los índices de transición demográfica, algo muy difícil de
alterar, la población cubana no rebasará el 0.06% de crecimiento. Dicha
población decrece sostenidamente desde 2007 a un ritmo de entre – 1% y – 4%.
A más largo plazo, la desaceleración de las proyecciones indican una
situación aún peor. Para 2025 el índice de decrecimiento se ubica entre el – 6%
al – 11% y, para 2050, entre el -12% y -21%. Para entender mejor lo que esto
significa hay que traducirlo al número de habitantes en general: en 2000 la
población cubana se calculaba en 10 725 000 habitantes, pero de acuerdo a los
índices anteriores para el 2025 la cifra se deberá reducir a 9 524 000 y en el
2050 a unos 6 110 000. Tales cifras evidencian la magnitud de la crisis que,
bajo la observación de otros indicadores demuestran la inmediata imposibilidad
de darle solución al problema. Veamos.
Si se observan las tasas de crecimiento entre 1952 y 2016, la cifra ha
descendido de 2.4% (1952) a – 0.14% en 2016; entre otras razones por:
― La existencia de una débil tasa de fecundidad.
― Envejecimiento de la población muy acentuado a partir de 1980 (observar
datos ofrecidos con anterioridad)
― Emigración hacia los Estados Unidos y otros territorios.
En cuanto a la primera de las causas, la razón estriba en el bajo índice de
nacimientos que estuvo calculado en 2.1 de
hijos por matrimonio u otros tipos de unión de pareja para 2009 y sólo 1.7 para
el 2016. Según datos actualizados hasta hoy, se produjeron 97 695 nacimientos
en el año en curso frente a 71 400 defunciones registradas y las cifras
relacionadas con el nacimiento de niñas (futuras madres) ubica al sexo femenino
en una potencial situación de desventaja.
Del total de la población insular la masculina alcanza una cifra que
representa un 50.3% en contraposición a un 49.7% de la población femenina.
Además, Cuba ocupa uno de los lugares ― en ocasiones ha sido el principal ―
entre países con más abortos registrados, el de mayor índice de divorcios en
Latinoamérica y un menguado porcentaje de población activa que sólo representa
el 18% del total de su población. Tales cifras no se conforman en acuerdo con
las de ninguna población a nivel continental teniendo en cuenta parámetros de
medición similares.
Los siguientes datos (que pudieran ser colaterales) se explican por sí
solos: En el censo de 2009 la tasa de natalidad alcanzo un 11.6% la de
mortalidad, un 7.7%, pero la tasa de migración fue de -3.3%. Ello arrojó un
resultado general de un crecimiento poblacional de 0.6%. ¿Cómo encarar el reto
relacionado con el desarrollo de la fuerza productiva?
Para entender mejor lo anterior, deben tenerse en cuenta otros datos como la
relación entre población rural y urbana (en un país de base agrícola) y donde
su distribución, estrechamente vinculada con la migración interna, permite
decir que es desproporcionada; 75.4% concentrada en núcleos urbanos de entre 2
000 000 y 100 000 habitantes y un 24.6% en regiones conceptuadas como poblados
y poblaciones rurales del total de municipios del país (168 en total) Ello
representa además, una evidente falta de conciliación entre población y
extensión territorial en que las cifras indican un número de 102.3 habitantes
por kilómetro cuadrado y en donde solo cuatro municipios acusan un índice de
crecimiento entre el 65.4% y el 83.70% en los territorios situados en ambos
extremos de la Isla (San Juan y Martínez, San Luis –occidente- y Najasa y
Jimaguayú, en la región centro-oriental)
El bajo índice de fecundidad se visualiza también por intermedio de la
exigua cifra de habitantes entre 0 y 14 años de edad, 18.2% del total. Ciertamente, las expectativas de vida se han elevado hasta 77.9
años (75.1 hombres y 79.2, mujeres) mientras la edad promedio del cubano es de 37.3
años (38 las mujeres y 36.8 los hombres) Tales cifras tampoco son alentadoras
si se piensa en el decrecimiento anunciado en los datos relacionados con el
índice de transición demográfica.
En cuanto al tercer argumento (el más politizado) habría que recordar que
hasta 1959 y desde 1902, la Isla fue un territorio receptor de inmigrantes,
mientras que después de 1959 y el triunfo de la revolución, se convirtió en uno
de emigrantes hasta hoy, con cifras cada vez más crecientes. No es propósito
aquí, reincidir en las argumentaciones del estado cubano y sus defensores al
respecto; ellos, se quejan y argumentan in
extensus, sobre razones políticas que vinculan a la “animadversión” de
Estados Unidos en contra de la revolución socialista cubana desde sus comienzos
y fustigan los mecanismos legales vigentes al respecto. Las cifras, no
obstante, siguen sin ser alentadoras en materia del tema que nos ocupa.
En el censo de 2009 (ONE ― Oficina Nacional de Estadísticas, Cuba) se
ofrecen los siguientes datos:
1.52 millones de cubanos viven en Estados Unidos concentrados en núcleos
entre Miami, Union City y Nueva York y; entre América Latina, Europa y Canadá alrededor
de 131 543 nacionales de origen cubano, lo que representa un total de 1 651
543, cifra que puede parecer mayor en dependencia de la consideración en cuanto
al origen (tema relacionado con el discutible asunto de la primera generación nacida fuera del
territorio insular) o su inclusión; dato que Cuba suele manejar mediante los
factores coyunturales de la conveniencia. Algo que muchos repiten y mueve a
hilaridad, es aquello de que actualmente el conglomerado de cubanos en Miami Dade County sólo lo supera la cifra
de habitantes de Habana Metropolitana, pero lo que no saben es que,
posiblemente y para 2020, ese territorio de la Unión Americana, tendrá más
habitantes que la ciudad de La Habana y sea el territorio más poblado por
cubanos en el Planeta.
El objetivo de este trabajo, ante todo, es el de brindar argumentos que no
puedan ser rebatidos mediante diatribas conceptualmente inflamadas, matizadas
de un falso e insensato nacionalismo y refrendadas por especulaciones
distorsionadoras y tendenciosas. Lo expuesto, es la realidad de los fríos
números; toca a los que hasta aquí hayan llegado, el arribar a sus propias
conclusiones. Sobre todo, e insisto, en el por qué las consecuencias de tal
situación no son solubles en el plazo que, quien desconoce la realidad, o la
ignora ex profeso, piensa que se trata de sacar conejos de una chistera, de un
acto de magia que puede cambiar la realidad en un santiamén.
Notas y una aclaración necesaria.
No he querido hacer citas individuales para evitar la complicada densidad
que las mismas producen y así, ayudar a una mejor comprensión.
La totalidad de los datos estadísticos responde a informaciones ofrecidas
por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba y pueden cotejarse en
diferentes sitios de Internet. También en sitios como “Cubadebate”, "Ecured" y
otras fuentes de origen nacional cubano, pueden ser revisadas las versiones sobre
“antecedentes y causas de la emigración a Estados Unidos”
José A.Arias-Frá