Saturday, April 30, 2011

EL SINDROME DE LA MONOTONIA.

EL  SINDROME  DE  LA  MONOTONIA.
Comenzaré por hacer una especie de descargo, eso que aquí se conoce como un “disclaimer” y aunque en este caso no sirva de mucho, lo considero necesario.
El tema es espinoso, pero no por ello hay que dejarlo de lado. Al final debemos ajustarnos a las críticas y ser receptivos a las sugerencias; sólo que no se trata de criticar por criticar, en mi caso lo escucho todo pero me atengo a aquello de que sólo quien puede y no quien quiere, debe ser tenido en cuenta.
Tengo que confesar que no me siento cómodo en el terreno de los dimes y diretes, no es lo mío. Prefiero, como saben los que me conocen, el análisis serio y en lo que me sea dable, profundo de los temas; hay, sin embargo, en lo que voy a tratar, un argumento de análisis importante.
Cada vez que pienso en el tema de la libertad de expresión acuden desde  mi memoria algunas imágenes muy gráficas; la primera de Juan Miguel, el padre de Elián González parado en el balcón de la casa donde se hospedó durante su estancia en Washington D.C. al socaire del episodio del que su hijo fue protagonista, y cómo, mientras contestaba preguntas a los periodistas, respondió a uno de ellos levantando el dedo del medio y sin palabras asumiendo una actitud además de grosera, desafiante.
Otra, en el reverso de la moneda, la de Ricardo Alarcón el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba,  cuando cruzado de brazos escuchaba a Fidel Castro dirigiéndose a los congregados del cónclave asambleístico a solo uno pasos delante de él; que se encontraba detrás y con los brazos cruzados. Al momento en que Castro por una suerte de casualidad se refirió a que nadie debía permanecer con los brazos cruzados, el sujeto de referencia se apresuró a descruzarlos y con un rictus de nerviosismo en el rostro casi  asume la posición de  atención.
Estos detalles que a veces parecen carecer de importancia marcan la diferencia y definen respectivamente las características funcionales de cada sociedad. En el primer caso nos demuestra lo rápido y ostensible que se hace el uso de la libertad cuando no es coartada y hasta puede llegar a ser denigrada por un imberbe como el de referencia; en el segundo es óbice de un maniqueísmo injustificado, pero real, que no permite vacilaciones ni equívocos. Es la distorsión del término libertad amparada bajo una ley capaz de sancionar a alguien por “desacato a la autoridad del Comandante en Jefe” figura delictiva incluida en la constitución vigente en el pais.
Recuerdo que hace algunos años, allá por los 80, un joven se puso en pié y enarboló un cartel en el que se podía leer: “Abajo Fidel”, el hecho sucedió en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, durante la celebración de un campeonato mundial de boxeo amateur. Por el revuelo que el incidente provocó y debido a la presencia de la prensa internacional, el hecho trascendió y después se supo que aquel joven fue tildado de loco y recluido en el hospital de dementes de Mazorra, el mismo en que durante el invierno pasado se produjo el escándalo de los muertos por frío e inanición.
Durante la visita del Papa Juan Pablo II a la Isla y mientras se producía la celebración de la eucaristía y la correspondiente homilía en la plaza José Martí, una decidida y valiente joven asumió la misma actitud levantando un cartel con similar leyenda. Sin dilación fue detenida, introducida por dos “enfermeros” de la Cruz Roja Cubana en una furgoneta y sacada del lugar sin consecuencias. Aunque en este caso nunca se supo el destino de esta valiente compatriota, no creo que pueda ser difícil imaginarlo. En un régimen como el cubano los entuertos que separan la protesta cívica de la locura como patología son inexistentes. Bien decía el genial Guillermo Cabrera Infante: no se puede hablar de delirio de persecución en Cuba donde la persecución es un delirio.
En estos casos que constituyen una simple muestra aleatoria de la realidad, hay una evidencia irrefutable: la diferencia entre el ejercicio de la libertad como derecho de los seres humanos y la carencia total de ella donde al concepto se le endilga un significado demagógico, malsano e irreal desde el poder y  a través del  ejercicio del mismo.
Me gustaría pensar que ni la historia ni el tiempo transcurren en vano, pero se me hace difícil. Hay una inhibición por monotonía muy perjudicial en la que se ha ido anclando el éxito temporal de nuestros enemigos para permitirles enquistarse en el poder sin una sola razón válida. El fenómeno de la disidencia en Cuba, que según escuchamos los que nos vemos obligados a vivirlo desde otras latitudes, se ha amplificado; pero el hiato necesario que sea capaz de vincular el crecimiento referido con la población no se materializa y eso, hasta ahora, ha hecho la diferencia con relación a otros casos con los que se compara el nuestro y que suelen usarse como referente.
Tratemos de visualizar que en medio de estos hechos a los que me referí, desenvueltos de manera espontánea y convocados por las propias autoridades, se hubiera desatado una protesta colectiva y un simple desacuerdo entre los testigos de lo sucedido. Aunque es pueril imaginarlo, tampoco es imposible; los congregados en el mitin que desencadenó la captura y posterior ejecución del matrimonio Ceausescu en Rumania debieron haber sido tamizados, así como los uniformados que se negaron a disparar al pueblo congregado, convirtiéndose en hacedores de la captura y posterior ejecución del dictador y su mujer.
Opiniones muy respetadas han hecho referencia a las masivas olas de protesta en Europa Oriental que terminaron con la demolición a martillazos del odiado y odioso muro berlinés. El sindicalismo no oficial polaco nacido en Gdansk y con Walesa al frente, respaldado por amplios sectores populares y de la iglesia católica, trajeron como consecuencia la dimisión de Jaruselski.  En Cuba hasta donde sé, la disidencia convoca actos de protesta, protagoniza eventos ampliamente difundidos por la prensa internacional, las Damas de Blanco marchan todos los domingos en abierto desafío al régimen pero la población observa inmóvil e impávida como las reprimen.
Nacionalmente se han organizado proyectos para promover cambios. Según sabemos miles de firmas han sido recogidas para garantizar siquiera la viabilidad de los mismos aún dentro de las normas vigentes y amparadas por el estado. ¿Qué otro argumento existe, además del consabido alegato al terror, para evitar que los firmantes salgan del anonimato? La respuesta a ésta y otras muchas preguntas sigue siendo aún esperada por muchos, cubanos o no.  Si como se sabe, todos los factores que atenazan la vida de los nuestros están presentes en el escenario nacional, ¿Dónde radica el freno a la acción inmediata como algo que debería ser su lógico resultado?
No nos apuremos a tratar de encontrar en argumentos teóricos desusados respuestas vacuas e intrascendentes. Aquello de “condiciones subjetivas y objetivas” me resulta conocido aunque no por ello pueda afirmarse que no están sobradamente dadas entre nuestros compatriotas. A estas alturas de la cuestión teorizar no es la respuesta y mientras la protesta, el acto de desacato colectivo, así como el abierto desafío a la autoridad caduca e inmoral de un grupo de ancianos que ejercen el poder en usufructo no se manifieste, seguiremos siendo testigos de cómo, haciendo uso de la libertad y en nombre de ella, otros tipos como Juan Miguel, nos seguirán sacando el dedo.
José A. Arias.

NOTA.- Los dos hechos referidos –el de Juan Miguel y el de Alarcón- pueden ser encontrados entre archivos de video en sitios como Youtube o Yahoo si se desea realizar la búsqueda. En ambos casos se trató de eventos noticiosos difundidos internacionalmente en la prensa televisiva.

Sunday, April 24, 2011

VIVIR LA CUBANIA

VIVIR   LA  CUBANIA.
Cuando los sentimientos atacan sin permiso e irreverentemente la sensibilidad, no existen excusas válidas para dejar de expresarlos y quienes nos sentimos compelidos a ello, no debemos dejar de hacerlo.
Hay un motivo que rebaza los límites de un mero deseo personal: la obligación de convertirse en intérprete del mal juzgado sin razón y el ejercicio de su defensa. Todos viven de alguna manera entre la huella de los recuerdos y la añoranza de lo que han perdido. Darle voz al silencio de tantos, no sólo es gratificante, es también una necesidad que nos debemos los que podemos hacerlo.
Es posible que en ese juicio a priori al que me refiero, muchos olviden que desde otra perspectiva son víctimas de la misma situación. Hay en nuestro pasado y nuestra experiencia una evidencia y una  advertencia. Esa parte aleatoria de la conciencia humana que no es tangible, pero demasiado importante para dejarla a un lado, es la gran motivación.
¿Qué debe ser entonces para nosotros vivir la cubanía? Ante todo debe encontrarse una repuesta cuyo contenido no tiene una expresión singularizada. Entre destierro y exilio, remembranzas y esperanzas, defectos y virtudes, errores y aciertos, éxitos y fracasos puede andar la solución al gran dilema.
La cubanía no puede ser el ejercicio deprimente y sistemático de una malsana influencia acomodada en intereses espurios y personales. Tampoco el convencimiento de que por estar en contra de un enemigo común puede asistirnos el derecho a desconocer el criterio de los que piensan diferente, ateniéndonos a un patrón, no a cánones, en defensa de confusos argumentos. No es, la socorrida idea de vindicar tiempos y nombres cuyo valor se desconoce en la práctica. La cubanía no es, por último, un acto de demagogia política; es, y según deberíamos saber, la entrega total para alcanzar elevados propósitos que algunos, los menos, han sabido demostrar.
Hace mucho más de un siglo nos fue trazado el camino que debimos recorrer. Imponderables del destino histórico válido para cualquier nación, además de nuestros propios errores, dilaciones y flaquezas nos apartaron de esa ruta. La convicción de todos acerca de retomar la verdadera vía tendrá que encarrilarnos de nuevo en el sendero de ese derrotero.
La anterior convicción nos impone no vivir la cubanía como un simple argumento vinculado a sentimientos pasados o presentes. Ser cubano no significa la auto designación a través de una apariencia, tampoco la exclusión de pocos o de muchos, porque entre todos, no siempre los argumentos pueden ser inclusivos. Ya sabemos que la uniformidad es perniciosa, se impone descubrir entonces cuales son los puntos de contacto y proceder en consecuencia.
Una interpretación equivocada acerca de dónde encontrar coincidencias, puede revertirse en la prolongación de circunstancias adversas. Para lograr lo anterior, y desde mi punto de vista, la acción política que se manifiesta por intermedio de la cubanía, no puede ser atomizada hasta el infinito evadiendo la necesidad de la unidad en lo positivo.
El efecto del error descrito suele confundirse con el ejercicio de la democracia que para muchos pasa a ser ideología y no una doctrina, por demás, imperfecta. El presupuesto es lograr el mejor resultado por intermedio de lo que nos identifica que es bastante y meritorio. Por supuesto que en la mayoría de los casos resulta más fácil la crítica por aquello de ver la paja en el ojo ajeno, la unidad en la diversidad es posible y debe imponerse; el concepto de origen nacional  -la cubanía, en nuestro caso- ha de ser el patrón, el canon histórico. La elaboración de estrategias construidas a partir de ideas diversas y no excluyentes es aún una imperiosa necesidad no resuelta.
Después de tantos años y haber vivido una experiencia irredimible tendríamos que saber de qué lado está lo peor y haber aprendido la elemental lección de lo pernicioso que resulta aplastar y desconocer la opinión ajena haciendo de ello un baluarte escudado en el patriotismo cuando en verdad se trata de un vil patrioterismo. Esa imposición que no debemos aceptar bajo ningún ropaje, ha sido y es la principal causa de nuestros males.
Producir la demostración plena de nuestra cubanía, aislando el error cometido por los que consideramos y son sin duda, nuestros enemigos, es la única alternativa posible para regresar al camino que otros hombres en circunstancias históricas disímiles, pero no esencialmente diferentes, nos trazaron y del que aún hoy seguimos apartados.
José A. Arias.

NOTA.- Para los interesados que quieran encontrar una respuesta singular a estas ideas propuestas sobre el concepto de cubanía, puedo sugerirles la lectura del discurso de José Martí en conmemoración del 10 de Octubre de 1868 pronunciado en el Hartman Hall de Nueva York en 1892. Comienza con estas palabras:
“Cubanos:
   No venimos aquí como sinsontes vocingleros a empinarnos sobre el sauce heroico, ni a tañer en la patriótica mandolina serenatas a balcones que no se quieran abrir…”





Saturday, April 23, 2011

REFRESCANDO EL COLLAGE II

HONOR  A  QUIEN  HONOR  MERECE.
La próxima semana el Berklee College of Music de Boston concederá la investidura de Doctor Honoris Causa a dos grandes de la músuca cubana contemporánea. Respectivammente recibirán la laudatoria categoría padre e hijo: Bebo y Chucho Valdés. Ante todo hay que tener en cuenta el nivel de requerimiento de una institución como Berklee que es una de las pocas que combina los métodos clásicos en la enseñanza musical, con los arquetipos menos convencionales de la sonoridad contemporánea más cercana a la música popular y tradicional.
Berklee creada bajo el nombre de Shilinger House of Music en 1945, adoptó su actual nombre en 1954 cuando la amplitud de su radio de influencia se internacionalizó, logrando alcanzar la fama y el prestigio con que hoy cuenta. Creo que como cubanos hemos de sentirnos orgullosos de que junto al ya galardonado y conocido músico también cubano, Paquito D´Rivera, a quien se le confirió la misma distinción, hayan sido considerados en esta ocasión  estos dos  geniales creadores, cuya historia personal los redime y los destaca en el quehacer de la creación y la interpretación musical.
Bebo Valdés inscribe su nombre por derecho propio. A sus 92 años aún se mantiene activo y sus últimas presentaciones que lo han dado a conocer entre las generaciones más recientes, han llegado a merecerle, entre otros premios, un Gramy por su magistral desempeño en el disco “Lágrimas Negras” junto al Cigala bajo el auspicio de Fernando Trueba y Nat Chediak. La historia de Bebo es mucho más larga: uno de los pioneros del mambo y quizás su más tradicional exponente desde el punto de vista de las raíces musicales expresadas en su cubanía.
Bebo fue el creador del ritmo “Batanga”, una especie de alternativa al mambo tradicional frente al más internacionalizado y conocido de Dámaso Pérez Prado; su trabajo creativo estuvo vinculado desde sus orígenes y durante la fabulosa década de los 40 a la influencia del jazz en la música popular cubana mediante la integración de sus sonoridades con las autóctonas. Encaminado en ese entorno  dirigió importantes orquestas con formato de “big band” o “jazz band”. Sus ágiles y maravillosos dedos han sido, sobre el teclado, el abrigo de numerosos y conocidos intérpretes a través de su larga y prolija carrera incluido el singular y más conocido de nuestra música popular, Beny Moré.
Bebo, ya retirado, aunque con presentaciones esporádicas y tras vivir muchos años en Suecia; reside ahora en Málaga, España. Abandonó su país de origen, Cuba, en 1960 al producirse el éxodo de una gran cantidad de figuras deL mundo musical y las artes en general. Después de una larga y voluntaria ausencia de los escenarios y a instancias de Paquito D´Rivera, Bebo regresó con la juvenil jovialidad que le caracteriza y una de sus últimas realizaciones es la del fabuloso compacto” Juntos Para Siempre” junto a su hijo Chucho, bajo el auspicio de CBS y grabado en Nueva York. Bebo es, sin dudas, merecedor del  honor que se le dispensa y un baluarte de la música cubana.
Chucho Valdés nacido por coincidencia el mismo día que su padre, 9 de Octubre, pero de 1941; está catalogado hoy entre los 5 mejores pianistas de jazz latino en el mundo. Para nuestro orgullo, en ese mismo grupo está también otro magnífico ejecutante de ese instrumento de origen cubano: Gonzalo Rubalcaba. Chucho, al igual que su padre, se ha destacado por ser un gran compositor y arreglista además de  intérprete de su propia música y la de otros no menos importantes creadores.
A pesar de contar con una larga carrera; su más conocida y emblemática actividad ha sido con el fabuloso grupo Irakere, cuyo debut en 1973 debe ser considerado como uno de los pocos momentos realmente cimeros, sobre todo en el ámbito internacional, de la música cubana en el actual período y después de 1959. Pasando por varios momentos de cambios sustanciales, como el exilio de algunos de los músicos que conformaron el grupo original, Irakere continúa siendo una agrupación de fusión del “Latin Jazz” con las raíces musicales del folklore afrocubano más sobresaliente. El aporte de Chucho a la sonoridad característica de Irakere y la incorporación de una ilimitada capacidad de improvisación de sus músicos le han proporcionado a la agrupación  un sonido inconfundible y particular.
Muy a mi pesar, y aunque no se trata aquí de ello, tengo que reconocer que la pasión musical de Chucho y su valía, se ha visto empañada por un tipo de adhesión al proceso político vigente en Cuba que ni su propio padre ha compartido. Habría que respetar, aunque no las comparta, sus razones; nada justifica, sin embargo, que su nombre aparezca rubricando espurios documentos para apoyar irracionales y criminales actitudes abiertamente condenables. Es una verdadera lástima que cosas así ensombrezcan ante los ojos de muchos el brillo de su extraordinaria obra musical.
Como amante de la música de jazz y del jazz latino en particular, me emociona y me complace saber que donde un acto de reconocimiento como el que tendrá lugar, habrá de producirse; se inscriban los nombres de dos grandes representantes del género y de nuestra música.

José A. Arias.

Tuesday, April 19, 2011

ALGUNAS  CONSIDERACIONES SOBRE EL INFORME DE   RAUL CASTRO AL VI CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA  CELEBRADO EN  CUBA.
El primer argumento que vicia el contenido de este informe es el resultado de la vigencia que no cesa y que no se pretende concluir, de un sistema –régimen- totalitario que parte del criterio incierto de que la sociedad a la que pretende imponerse y gobernar carece de criterios diferentes fuera del marco de la ideología que lo preside y en la que basa sus argumentos.
El otro elemento estructural es el de continuar dando pábulo a la vigencia del socialismo marxista de viejo estilo. Es sintomática una mención a Lenin que sin aparecer en pancartas o telones de fondo, sigue presidiendo, no obstante, el trasunto mental y la conciencia política de los principales gobernantes.
Con certeza es posible afirmar que en la redacción de este documento ha intervenido un equipo de personas capaces de interpretar a pie juntillas los deseos, dictámenes y perspectivas de quienes ejercen el poder. No creo en milagros y menos en el ámbito del intelecto, y aunque es práctica común que los dados a enfrentar  tareas como esta lean discursos preparados por equipos de asesores; de no referirme a ello se corre el riesgo de hacer válida la intención de un personaje de mohína y sobreseída actividad como el supuesto autor de éste informe.
Creo por último, que la desesperanza entre la gente de a pié en Cuba tiene poderosas y justificadas razones. La teorización desde una óptica totalmente falible a la que no se renuncia, no deja asideros posibles. Dicho de otro modo: es como si se quisiera encontrar soluciones a culpas que no se reconocen verdaderamente y encima eximir a los culpables para entonces culpar a los que no lo son y permanecer y continuar en el camino de doctrinas equivocadas.
Parece un galimatías que viene a ser el resultado de una espectacular tomadura de pelo. Para todos –incluidos algunos de ellos- está claro que los errores de 52 años del experimento socialista a la cubana tienen nombre y apellido; lo que parece inexplicable es que, anclados en ese propio sustantivo, se trate de proponer y encontrar alguna solución.
Dejo de lado las primeras partes del documento porque tienen la misma intrascendente validez argumental de siempre. Referidas a los supuestos procedimientos sujetos a normas basadas en la “democracia socialista” a la cubana. Las estadísticas, frías en estos casos, nada tienen que ver aquí con la realidad y eso lo sabemos.
Ahora el análisis:
Se dice en el informe: “Como se aprecia en los lineamientos, estas ideas tampoco serán reñidas con la importancia que otorgamos a la separación precisa del papel que corresponde jugar  en la economía a los organismos estatales, por una parte, y a las empresas por la otra, asunto que por décadas se ha visto plagado de confusiones e improvisaciones y que estamos obligados a solucionar a mediano plazo en el marco de perfeccionamiento y fortalecimiento de la institucionalidad”. Aquí eso significa tratar de auto concederse un tiempo que no tienen ni pueden conseguir con respecto a su propia gente por razones obvias y naturales. Más adelante se menciona la “empresa estatal socialista” y no se reconoce que esa empresa está desde hace tiempo vinculada y convive con las empresas que representan capitales extranjeros. Pudiera articularse una larga lista al respecto pero no viene al caso. Lo reconocible del hecho es la real relatividad del concepto de soberanía e independencia económica que siempre es posible manejar a conveniencia, cuando su validez no es ni plena, ni honestamente aplicable. Quizás aquí se vea reflejada la invalidez de los contratos a los que más adelante se alude y cuyo primer incumplidor ha sido y es el gobierno cubano que siempre tiende a reclamar para sí la mejor parte.
Más adelante se agrega:
“Esta mentalidad de la inercia debe ser desterrada definitivamente para desatar los nudos que atenazan el desarrollo de las fuerzas productivas”. Este concepto: “fuerzas productivas” está vinculado a otro del mismo origen: “relaciones de producción” y mientras las prevalecientes sean las que han sido y se siguen promoviendo, los nudos se refuerzan casi automáticamente.
Cuando por otra parte se habla de mecanismos regulatorios: “desde la nación a la base” se pone en evidencia la estructura piramidal del sistema. Más adelante se dice: “Para comenzar a descentralizar las facultades, deberá rescatarse por parte de los cuadros estatales y empresariales, el notorio papel que corresponde jugar al contrato en la economía, tal y como se expresa en el lineamiento número 10. Ello también contribuirá a restablecer la disciplina y el orden en los cobros y pagos, asignaturas con calificaciones insatisfactorias en buena parte de nuestra economía “.
El argumento de contrato como relación contractual que se propone entra en flagrante contradicción con la gestión económica socialista basada en el marxismo-leninismo. Como es conocido, Lenin también se refirió a ello y obviamente se equivocó. El argumento contractual suele ser un “quid pro quo” entre partes poseedoras del derecho y aquí una de las partes es el estado que no admite vinculaciones de terceros con derecho “per se” porque no existen; a diferencia de economías basadas en otro tipo de relación económica, incluida la contractual.
En otro argumento se plantea: “…el contrato como herramienta reguladora de las interrelaciones entre los diferentes actores económicos, devendrá un efectivo antídoto contra el extendido hábito del “reunionismo” –entrecomillado en el documento original- o lo que es lo mismo, el exceso de reuniones, chequeos y otras actividades colectivas, frecuentemente presididas por un nivel superior y con la asistencia improductiva de numerosos participantes, para hacer cumplir lo que las dos partes de un contrato han firmado como deberes y derechos y que por la falta de exigencia nunca han reclamado su cumplimiento ante las instancias que el propio documento contractual estableció”
Creo que allí está la repuesta al elemento anteriormente argumentado. No es posible negociar lo que no se puede definir como propio y una alternativa de propiedad se presenta como un argumento etéreo e histórico que en la base no tiene relación con nadie en particular. El margen solutorio que se esboza es irrealizable a partir del socialismo tradicional y es una de las causas probadas de su estridente fracaso, de lo que Raúl y su auditorio no parecen haberse enterado.
Más adelante se agrega: “…por ello sabemos  que no es una cuestión a resolver en un día, ni siquiera en un año y que demandará por lo menos un quinquenio desplegar su implementación con la armonía  en integralidad requeridas y cuando esto se logre, es necesario no detenernos jamás y trabajar en su perfeccionamiento de manera permanente para estar en condiciones de superar los nuevos retos que el desarrollo nos vaya dictando”
Una vez más queda evidenciado el conflicto que en psicología se define como aproximación-evitación; no puede haber espacio entre premura y dilación cuando el tiempo de solución para problemas –reconocidos y confesos- resulta apremiante.
Y dice Raúl Castro: “Se podría afirmar, haciendo un símil, que cada cierto tiempo, en la medida que se modifique el escenario, el país debe confeccionarse un traje a su medida”; al respecto sería bueno agregar que para cambiar de casaca, lo que me parece recordar que a un militante de nombre Silvio Rodríguez no le resulta muy feliz, sería bueno buscar un sastre que no tuviera el apellido Castro.
Otra argumentación: “Se requerirá a la par elevar a planos superiores la sensibilidad política, el sentido común, la intransigencia ante las violaciones y la disciplina  de todos, en primer lugar de los cuadros de dirección”. Esto me recuerda aquella campaña desenvuelta en los 80 sobre el aumento del nivel de exigencia, lo que no significa ahora otra cosa que descongelar la idea de que de los Castro hacia abajo, todo el mundo debe poner las bardas en remojo.
Y refiriéndose a las leyes, se alega: “Recuérdese que no hay peor ley que aquella que no se cumple o no se hace cumplir”. El problema es que la ley en Cuba es bastarda y no incluye el concepto colegiado en su elaboración aunque se aparente, su vicio original estriba en ser una ley impuesta desde arriba por quienes desde la base representan el poder del estado. Aquí Raúl –que da todo el crédito a su hermano mayor- parece olvidar aquel lapidario planteamiento: dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada. ¿Cuál es la ley vigente en Cuba que pueda ser considerada como el argumento de consuno entre una oposición que no se reconoce y el estado, único creador de leyes?
Y tras citar a Fidel una de tantas veces, agrega: “No me cansaré de repetir que en esta Revolución todo está dicho y la mejor muestra de ello son las ideas de Fidel que ha venido publicando el periódico Granma, Órgano Oficial del Partido, a lo largo de estos últimos años”. Hay, sin la más mínima duda, en éste párrafo una clave evidente de lo que se pretende, desde la Asamblea Nacional del poder Popular (me viene ahora a la mente aquella ridícula escena de Alarcón cruzado de brazos mientras Fidel hablaba y en su alocución se refirió a que nadie debía permanecer cruzado de brazos; ni tardo ni perezoso el presidente de la Asamblea se apresuró a descruzarlos), hasta el cónclave en cualquier centro de trabajo nunca nadie en Cuba ha podido discrepar con éxito de algo propuesto. ¿Se atrevería alguno de los militantes en el marco de éste Congreso a discrepar, atenido al significado real de éste término?
Y nos cuenta Raúl: “Es saludable aclarar, para evitar interpretaciones erróneas, que los acuerdos de los congresos y de otros órganos de dirección partidista no se convierten por sí mismos en leyes, sino que son orientaciones de carácter político y moral, que compete al gobierno, que es quien administra, regular su aplicación”. Me parece oportuno aquello  de que”del dicho al hecho hay un largo trecho” y este es” el parche antes que salga el grano”. Habla además Raúl de “ajustes en la Constitución de la República”, esto puede ser un tema muy delicado ya que por decisión de Fidel se aprobó unánimemente el hecho de que la constitución socialista cubana no puede ser cambiada ni modificada.
Hay más adelante una alusión a los chequeos periódicos de los acuerdos previamente tomados por intermedio de la realización de plenos, etc. Ya podremos atestiguar que el resultado de esos plenos seguirá siendo el mismo; a saber el éxito total de las gestiones propuestas. La redundancia argumental e ideológica del totalitarismo no admite la aceptación de realidades que no sean manejables por quienes las instituyen como válidas, si así no fuera la repetición de semejante argumento no tendría lugar. Es sencillamente un círculo vicioso.
Se habla también de “corregir efectos negativos”. ¿Cuáles serán desde el punto de vista de los asambleístas estos efectos negativos? Dada mi experiencia –como cubano- creo entender de qué se trata: en primer lugar cualquier cosa que propenda a la acción personal del ciudadano fuera del estrecho margen de flexibilidad que las leyes vigentes permiten. Recuérdese que entre la posibilidad de criticar, inclusive públicamente, y crear y promover vigencia, se alza un valladar que no parece posible derribar: el sempiterno e inmutable estado socialista y la retahíla de demagógicos e inexistentes apellidos que le cuelgan
Dice Raúl Castro: “Del mismo modo debemos cultivar y preservar la interrelación incesante con las masas, despojada de todo formalismo, para retroalimentarnos eficazmente de sus preocupaciones e insatisfacciones y que sean precisamente ellas quienes indiquen el ritmo de los cambios que deban introducirse”. Lo expuesto me parece un acto de demagogia que no sugiere comentarios, pero se refiere también a “la confianza del pueblo en sus dirigentes” y esta me parece una frase de implicaciones hiperbólicas. Es una tautología. En algunos casos resulta posible por la falta de opciones y de información en las que se fomenta la idea de la aludida confianza –la proporción ha disminuido sobre todo entre la gente más joven. ¿Cabe hablar de confianza entre los que predican por aquello de haz lo que digo y no lo que hago?; ¿cómo encontrar sentido a la confianza inexistente entre el recluso y el reclusor?, ¿Es posible hablar de confianza entre quienes hablan de sacrificios, largas esperas para corregir lo mal hecho y no actúan en consecuencia? Considero que las respuestas a estas preguntas que nunca se dan, son demasiado evidentes.
Se refirió Raúl a los periodistas revolucionarios y no los trató muy bien, veamos:
“…nuestros periodistas; si bien es cierto que, a pesar de los acuerdos adoptados por el Partido sobre la política informativa, en la mayoría de las veces ellos no cuentan con el acceso oportuno a la información ni el contacto frecuente con los cuadros y especialistas responsabilizados de las temáticas en cuestión. La suma de todos estos factores explica la difusión, en no pocas ocasiones, de materiales aburridos, improvisados y superficiales”. Creo que la existencia de la Mesa Redonda y sus protagonistas es una buena evidencia; de ser remplazada –algo poco probable por ser una de las tribunas favoritas de Fidel- pudiera serlo por una especie de foro de debates en el que se pudieran escuchar opiniones de personas no vinculadas al oficialismo ni interior, ni exteriormente. Pido excusas a los no cubanos por no entender muy bien lo que dice Raúl sobre acuerdos adoptados por El Partido sobre política informativa –censura, en una palabra- o creer que hablo en “chino” al proponer el “foro” de marras, algo que bajo cualquier circunstancia normal parecería lógico.
Y habla Raúl de la necesidad de una Conferencia General del Partido (¿). Me pregunto si no es suficiente con el Congreso. Y aunque se refiere a la necesidad de deslindar poderes entre Estado y Partido enfatizando la idea en más de una ocasión a lo largo del Informe, tampoco se pavonea para expresar que: ..”La organización partidista es la vanguardia organizada de la nación cubana y FUERZA SUPERIOR Y DIRIGENTE DE LA SOCIEDAD Y DEL ESTADO “-las mayúsculas son mías. Es quizás una versión corregida, aumentada y novedosa de la ya referida frase de Castro en el Congreso de Cultura en 1972: Dentro de la Revolución todo…. Fuera….absolutamente nada, ustedes ya saben, no quiero tener que repetirlo una vez más.
Me parece altamente razonable que Raúl alegue que: “Estamos convencidos de que lo único que puede hacer fracasar a la Revolución y el socialismo en Cuba, poniendo en riesgo el futuro de la nación, es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años” (bribón este segundo Castro, que no incluye los dos años de su gestión para no responsabilizarse por ellos) –nota del autor.  Creo y en eso estamos de acuerdo que la incapacidad, no sólo de contexto sino puramente intelectual y cognoscitiva de las figuras en la cúpula no sólo es irreversible, también es crónica y se agudiza con la edad y los corrosivos efectos del ejercicio del  poder ininterrumpido a lo que de una manera muy “edulcorada” y afín con la dulzura insular se ha definido como “las mieles del poder”.
Luego Raúl busca nuevamente apoyo en planteamientos de Fidel y hace citas históricas y trascendentales que la única conclusión a la que me obligan es a la de pensar si el propio Fidel estará de acuerdo con que su hermano alegue que fue desconocido por sus subalternos. Hasta ahora Fidel no está en “plan pijama” y sobre lo de que Fidel sugería; discutirlo todo con todo el mundo y que la razón debía haber sido siempre de los administradores, sería bueno y procedente preguntárselo entre otros, al Capitán Borrego, ministro del azúcar abruptamente defenestrado por el propio Castro cuando aquella “genial” iniciativa de los “diez millones de toneladas de azúcar” en la zafra de 1970. Al final y después de pregonar que, de que “van, van”, no fueron;  pero Borrego  después de aquel enfrentamiento no tuvo espacio ni para administrar una bodega.
Dice Raúl que: “Las directivas, resoluciones y métodos que le son propios y que se diferencian de las vías, métodos y recursos de que dispone el Estado para ejercer su autoridad. Las directivas, resoluciones y disposiciones del Partido no poseen directamente carácter jurídico obligatorio para todos los ciudadanos, debiendo ser cumplidas tan solo por sus militantes a conciencia, pues para ello no dispone de un aparato de fuerza y coerción. Esta es una diferencia importante del papel y los métodos del Partido y del Estado”. Esto solo es posible cuando el Estado no es un instrumento del Partido y si el castellano no incluye ambigüedades lingüísticas; no es lo que se propone aunque se exprese dientes afuera. Sobre el asunto de la coerción existen numerosos ejemplos, los más recientes los de Yadira García, Felipe Pérez Roque, Carlos Lage, Carlos Balenciaga, Humberto Remirez de Estenoz  y remontándonos algo más atrás en estas historias de horror político los casos de Roberto Robaina y Carlos Aldana, todos dignos de una crónica que anda por ahí bajo el título de ¿Dónde están y que se hicieron?
Quizás Raúl atisbe una tímida respuesta cuando dice:
“No pocas lecciones amargas nos han legado los desaciertos sufridos en éste ámbito a causa de la falta de rigor y visión que abrieron brechas a la promoción acelerada de cuadros inexpertos e inmaduros que a golpes de simulación y oportunismo, actitudes alimentadas también por el erróneo concepto de que para ocupar un cargo de dirección se exigía, como requisito tácito, militar en el Partido o la Juventud Comunista”. Hay aquí una referencia directa a los que se emborracharon con las mieles del poder y llegaron a creerse lo que confusamente alega Raúl.  Aquí está la respuesta: puede ser que en lo adelante –algo que dudo- hasta un bavalabo llegue a ser “dirigente”, eso sí tendrá que ser fiel al Partido y su política antes que a los orichas, de lo contrario ira a contar ovejitas al lado de los adictos contumaces a las mieles cuya libación les ha quedado eterna y definitivamente prohibida.
Para continuar inmerso en contradicciones sin cuento: “Asuntos como estos, que definen el futuro, jamás deberán volverse a guiar por la espontaneidad, sino por la previsión y la más firme intencionalidad política de preservar y perfeccionar el socialismo en Cuba. A pesar de que no dejamos de hacer varios intentos para promover jóvenes a cargos principales, la vida demostró que no siempre las selecciones fueron acertadas”. Según parece el voluntarismo ahora se define como “espontaneidad” y es indudable que los “jerarcas” más viejos pretenden ser émulos terrenales de Matusalén. Yo creo inferir que los “más jóvenes” están impedidos de actuar y pensar  y lo peor, exponer ideas cuando deben compartirlas con “ideólogos” de la catadura, por ejemplo, de Machado Ventura o con policías como Ramiro Valdés. Fidel y Raúl, son en este sentido tema aparte, con ellos nada es discutible y lo que aparentemente se discute con ellos está, de seguro, previamente tamizado; siempre ha sido así. Al respecto sería muy bueno recordar lo que sucedió con el CEA, sus integrantes y Machado Ventura y José Ramón Balaguer, los inquisidores. (Al respecto se puede consultar el libro de Mauricio Giuliano: El Caso CEA: Intelectuales e Inquisidores en Cuba ¿Perestroika en la Isla?, publicado por Ediciones Universal, 1998)
Ahora se habla de limitar el mandato a dos períodos consecutivos de cinco años. “Al respecto hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones” y agrego al respecto: y después de haber metido a Fidel, en vida aún, en un mausoleo que lo haga inaccesible y no controversial, capaz de emitir un magnetismo del que ningún candidato pueda prescindir.
Por último Raúl Castro nos da la razón cuando expresa: “El reforzamiento sistemático de nuestra institucionalidad, será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba”.  La visión de futuro, que no existe entre esta gente, es la del continuismo por la eterna acción de su influencia. Algo que linda con lo ortodoxamente religioso en el ejercicio de un poder cuasi monárquico.
Y refiriéndose a aquello que conocimos como emulación: “Estos criterios son aplicables también a la emulación, movimiento que con los años fue perdiendo su esencia movilizadora de los colectivos obreros, al transformarse en un mecanismo alternativo de distribución de estímulos morales y materiales, no siempre justificados con resultados concretos y que en no pocas ocasiones generó fraudes en la información”. Sería bueno recordar el persistente acento puesto en ese mecanismo cuando fue parte de los afanes más constantes del Ché Guevara en tiempos en que se pretendía llegar a una especie de “nirvana político” mediante la emulación socialista que según se alegaba era uno de los mecanismos más puros y efectivos de la vida en el socialismo. Ahora se pone al descubierto como lo que nunca dejó de ser: una intrigante y desleal competencia que sembraba ideas malsanas entre las personas y se convertía,  a ese nivel, en el azuzador inmediato de las bajas pasiones. Yo personalmente fui testigo de lo que argumento, sólo que no viene al caso, pero lo que afirmo  no es la dorada píldora con que se trata de paliar el error.
Y regresando nuevamente a la contradictoria esencia de éste documento se alegan cosas como la siguiente: “Solo así el Partido Comunista de Cuba podrá estar en condiciones de ser, para todos los tiempos, el digno heredero de la autoridad ilimitada del pueblo  en la Revolución y en su único Comandante en Jefe, el compañero Fidel Castro Ruz, cuyo aporte moral y liderazgo indiscutible no dependen de cargo alguno y que desde su condición de soldado de las ideas no ha cesado de luchar y contribuir, con sus esclarecedoras reflexiones y otras acciones, a la causa revolucionaria y a la defensa de la Humanidad frente a los peligros que la amenazan”.
El anterior panegírico en vida es una contundente manera de cerrar la puerta a cualquier entendimiento con los Castro, el que crea algo diferente, no conoce el trasunto mental, exponencialmente desvariado de esta gente, es además, una cacofonía política más y de rigor, para quien verdaderamente sabe de lo que se trata. En ese párrafo se encierra una penosa, pero definitiva conclusión: con estas personas y en contra de su forma de actuar, las ideas pierden su dimensión y el entendimiento es una especie de culpabilidad penosa para quien trata de ejercerlo.
A manera de cierre se aborda en el documento la situación internacional y lo único que me parece válido citar y propiamente analizar es la referencia hecha a: “La salida de la crisis económica global que afecta a todas las naciones no se vislumbra por su carácter sistémico. Los remedios aplicados por los poderosos se han dirigido a proteger a las instituciones y prácticas que le dieron origen y a descargar el terrible peso de las consecuencias sobre los trabajadores en sus propios territorios y en particular en los países subdesarrollados. La espiral de precios de los alimentos y del petróleo empuja a cientos de personas a la pobreza extrema” y me pregunto: ¿No era que Cuba bajo el incomparable genio de Castro y del Socialismo, estaba exenta de todos esos males?, ¿No es que Cuba, donde al decir de Hugo Chávez, se navega en el mar de la felicidad y los felices y complacidos usufructuarios de la Revolución, constituyen un ejemplo para el mundo?, ¿Cómo explicar que ante una situación de esta naturaleza negativamente descrita, el Partido se aferre al único y cacareado argumento del ”bloqueo” como explicación absoluta de los problemas que afectan al país?. ¿Cómo se resolvió en Suráfrica el problema de la integración de una nación próspera como lo es hoy, bajo Mandela, -que gobernó con criterio ampliamente inclusivo- y después de la presión de un verdadero bloqueo sin cuento?.
Utilizando una fuerte dosis de cinismo como es característico en el tratamiento de estos temas se alega que: “Nos alientan esta América Latina y el Caribe, cada vez más unidos e independientes, cuya solidaridad agradecemos. Continuaremos abogando por el Derecho Internacional y respaldamos el principio de igualdad soberana de los Estados y el derecho a la libre determinación de los pueblos. Rechazamos el uso de la fuerza, la agresión, las guerras de conquista, el despojo de los recursos naturales y la explotación del hombre”
Para comentar lo anterior no quiero extenderme demasiado y a la vez habré de dar la palabra a quienes más y mejor que yo conocen el tema: les convido a que se lean el libro de Juan Benemelis “Las Guerras Secretas de Fidel Castro”, en el encontraran sobrados y verídicos testimonios de la repuesta real de nuestros “venerables comunistas” a lo que dicen defender. Por demás la guerra fría es y sigue siendo el referente idóneo de las ideas “internacionalistas”, que, según se sabe hoy, no son óbice de ninguna estrategia dentro de la globalización. En eso también la rueda se detiene y arranca en reversión. Recientemente el periodista español Vicente Botín ha escrito un ilustrativo artículo cuyo tema principal es la infundada reiteración y el regreso de estos personajes a esquemas fracasados; no sólo me pareció ilustrativo, sino también certero.
Insistiendo en la guerra, la preparación combativa, la técnica de combate y todo lo que tanto complace la sedicia militarista de estos personajes se deja escapar quizás, uno de los más importantes mensajes y que en varias ocasiones personalmente Raúl ha enviado al gobierno de los Estados Unidos: “Reiteramos la disposición al diálogo y asumiremos el desafío de sostener una relación normal con los Estados Unidos, en la que podamos convivir de manera civilizada con nuestras diferencias, sobre la base del respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos”. Casualmente en el día de hoy escuchaba la certera opinión de un periodista alegando que; si hace algún tiempo, a Cuba le era posible sobrevivir fuera de cualquier relación con Estados Unidos, hoy le es absolutamente imprescindible. Esa y no otra es la razón real del planteamiento y de la “rama de olivo”.
Cuba no está hoy amenazada por nadie, su estabilidad es responsabilidad absoluta de quienes “caminan por el filo del abismo” como el propio Raúl Castro ha dicho. El reciente desfile militar  fue una muestra de insensatez y derroche de recursos que puede ser algo así como un regalo póstumo que los “históricos” decidieron hacerse; cualquier otra versión al respecto no es otra cosa que un intento de paliar la tectónica intranquilidad de las personas que a pesar de todo y a este respecto se niegan a comulgar con ruedas de carreta.
Hay por último en el informe alusiones a la espiritualidad, el sentimiento de justicia y los deseos de los seres humanos, se acude para graficar esta supuesta inquietud a la cita de un intelectual, sin dudas connotado como lo fue Cintio Vitier, a mi me parece sacrílego que en cónclave de esta naturaleza se hable de estas cosas y se pretenda abanderar la impunidad de una dictadura con las ideas de un hombre que a pesar de su militancia de izquierda durante toda su vida, fue un católico convencido y practicante que sin dudas supo de los desafueros cometidos por estos mismos personajes que hoy los usan, al respecto; sucede algo parecido con el Cardenal Ortega, pero creo que graficar esta opinión se impone.
Se trae a colación una cita de Cintio Vitier: “Lo que está en peligro, lo sabemos, es la nación, misma. La nación ya es inseparable de la Revolución que desde el 10 de octubre de 1868 la constituye, y no tiene otra alternativa: o es independiente o deja de ser en lo absoluto.
“Si la Revolución fuera derrotada, caeríamos en el vacío histórico que el enemigo nos desea y nos prepara, que hasta lo más elemental del pueblo olfatea como abismo”.
Traten de recordar los cubanos si estas citas de Cintio eran posibles cuando nuestra soberanía nacional era víctima de nuestra relación con la URSS y el bloque soviético, si a alguno de los Castro o de sus más relevantes acólitos le interesó apoyarse en el intelecto de Vitier. Es como todo lo demás un acto de desembozada hipocresía que me parece traído por los pelos y hasta risible.
Ya en los primeros párrafos de este trabajo dije lo que pensaba. Ahora que ya ha concluido el tan esperado y anunciado VI Congreso de Partido Comunista Cubano y se han hecho las conclusiones y los anuncios de rigor, no queda mucho por agregar. Quizás el único cambio tangible ante la ausencia de otros realmente importantes, sea una cuestión semántica. Ya los “patriotas” no quieren morirse. Es notable que la consigna alentada por Fidel de “Patria o Muerte” carezca de sentido –con la excepción de Chávez que la ha hecho suya- y hayan llegado a la conclusión de que por desgracia y para muchos cubanos después de perder la patria, la única alternativa es vivir esperando irse de éste mundo. Es realmente triste… pero es así.
Hay por último una única conclusión: 
En Cuba hay dos términos que todo lo definen en el plano genérico: absolutismo y pluralidad. El primero es la filosofía del gobierno, el segundo ha sido desterrado del argot porque implica un argumento no deseado que hace a su antípoda de improbable aplicación. Es obvio que entre los cánones rígidos del actual Congreso esa pluralidad no tiene efecto.

José A. Arias.

Nota.- Todas las citas tomadas del documento original aparecen en “negrita” en el análisis.

Thursday, April 14, 2011

La Patologia de los tiranos.

Hace unos días y mientras consumía mi habano -que no es cubano, son excesivamente caros- o que también llaman cigarro, tabaco, puro, charuto en portugués; del “after dinner” (después de la comida, cena, etc.); se me ocurrió la idea de llevar a cabo una especie de ejercicio lingüístico consistente en elaborar una lista, créanme que de memoria, de términos del castellano (adjetivos y sustantivos) capaces de definir a esa fauna, sin ánimo de ofender a los integrantes del reino animal, que agrupamos bajo el aborrecible patronímico de tiranos.

Hasta yo mismo me asusté al ver crecer la lista, que en principio no pensé que rebasaría los diez o doce términos. Al final no sólo tuve que reagrupar todas las definiciones por orden alfabético sino que conté la abultada cifra de sesenta y una características, todas atribuibles en mayor o menor grado a esos díscolos y execrables personajes que han merecido o merecen el calificativo de tiranos.

Luego me puse a pensar en el título más apropiado para la idea que prosperó al aroma del humo de mi puro y opté por el que ven en el encabezamiento. En medicina, el patólogo desmenuza las causas de un mal físico, agradecido estoy a mi prolija lengua castellana por darme la posibilidad de producir esta especie de disección moral de ese tumor social que son los dictadores los que en virtud de su autogestión y su mórbido y ultra dimensionado ego, se convierten en tiranos.

He aquí el resultado de la disección. Los tiranos suelen ser:

“A”: Abusadores, abruptos, adictos, ambiciosos, amenazantes, amorales, antisociales, atormentados, apóstatas, autocráticos.
“B”: Burlones.
“C”: Chauvinistas, chabacanos.
“D”: Degenerados, demagogos, díscolos, dogmáticos, dubitativos.
“E”: Encubridores, execrables.
“F”: Fanáticos, farsantes, frustrados.
“G”: Grotescos, guerreristas.
“H”: Hiperbólicos.
“I”: Inescrupulosos, incumplidores, incrédulos, inaccesibles, incorregibles, imberbes, insuperables, inestables, inseguros, intolerantes, infieles, iletrados, irascibles, irrespetuosos.
“L”: Lascivos, lúgubres.
“M”: Machistas, mentirosos, militaristas, misteriosos.
“N”: Nepotistas.
“O”: Omnímodos, orates.
“P”: Pasionales, promiscuos.
“R”: Retaliativos.
“S”: Soberbios.
“T”: Traicioneros, taimados, temerarios, triviales.
“U”: Unipartidistas.
“V”: Viciosos, volátiles, voluntariosos.

Por último les invito a participar desde el fuero de sus conciencias: piensen en cualquier dictador que fuera o es (no importa el signo político) y traten de hacer excepción de alguna de las características relacionadas. Probablemente se sorprenderán de que la humanidad haya sido, o sea capaz de convivir con gente así.

¡Ah!, imagino algunos nombres en los que deben estar pensando…son precisamente algunos de los que tuve en mente.

NOTA.- Para los más interesados; las definiciones de todos los términos se hallan en cualquier diccionario –más o menos reconocido- de la lengua castellana y ninguna constituye un modismo propio o atribuible a ninguna nacionalidad. Todas las acepciones, sin excepción, resultan genéricamente aplicables.

       
                                             
             Puede rellenar los espacios en blanco..
                                                          

José A. Arias.

Tuesday, April 12, 2011

ETERNAMENTE   SERRAT.
Cuando se trata de hallar sentido a las cosas, se impone deslindar los términos y no denostar en el ámbito de lo  inmerecido. Creo que es una buena manera de defender mis argumentos con relación al creador que ha vivido y vive en Joan Manuel Serrat. Mi primer contacto con su música sucedió allá por los setenta cuando participó en el Festival de la Canción de Varadero que tuvo lugar ese año en Cuba. Tuve la impresión de que su creatividad y la expresión de su poesía eran una especie de premisa de lo que se encontraban haciendo en el país algunos trovadores de los que fueron y han seguido siendo, críticas aparte.
Sus canciones se apropiaron de mi imaginación y a pesar de los años transcurridos siguen estando en ella. Creo que más que ningún otro ha puesto en la palestra la valía de los grandes poetas españoles,  entre otros uno de sus propios ídolos también mío; Antonio Machado, a mi modo de ver el más grande de los integrantes de la Generación Gloriosa del 98. Su música ha estremecido parciales de diversas latitudes porque con sus letras ha sido capaz de cantar a la vida, a mi juicio, como pocos lo han hecho en la lengua cervantina.
Cada loco con su Tema, otro de sus discos entre muchos, también tema que se incluye en el mismo, puede ser una manera de entender las inquietudes “políticas” que le motivan, el título en sí ha sido y es una frase lapidaría. Serrat ha vivido en la España del siglo XX y la ha hecho suya desde su óptica con todos los errores y virtudes que se le pueden atribuir a una etnia y que bien deberíamos conocer por estar muy cerca de nosotros  aunque no siempre sea así. El concepto de territorialidad, la apropiación del  regionalismo, la imposición de una unidad falaz y desde arriba por intermedio de la dictadura, han sido fenómenos que como buen catalán no escaparon a su aguzada visión, a su privilegiado arte de crear, ni a la imponente y a la vez delicada musicalidad, telón de fondo de su poesía.
Sé que no soy excepción en mi generación ni entre algunos de  mis coterráneos; muchos quedamos impactados para siempre con la obra musical de Serrat y si hacemos de la justicia un ejercicio humano podemos sí, aceptar críticas, pero no denuestos o diatribas que nada han de tener que ver con el objeto de éste comentario. Lo que me sigue interesando de su obra no es si estuvo más cerca de la izquierda o si alguna vez defendió a los que hacían comulgar a propios y ajenos con ruedas de carreta. Para mí siempre ha estado clara mi posición frente a la ideología –de cualquier naturaleza- y evidentemente Serrat, como otros, no puede ser considerado a priori como un ideólogo, nada más lejos de su mundana realidad.
A veces y desde cualquier medio se hace difícil entender y explicar porque la laxitud mental de algunos termina por imponerse. Razón demás la que subyace en la experiencia de vida de cada cual y que debe ser harto respetada, pero nunca y en ningún sentido deberá ser violada. Esa simple lección a la que me refiero está aún por aprenderse por muchos y en muchas partes, pero la virtud de su aprendizaje radica en que los que la entienden son, sin duda, más humanos.
Recuerdo una canción, bastante conocida, dedicada a los maravillosos “pueblos blancos” colgados de las serranías andaluzas y que precisamente se titula Pueblo Blanco. Para evidenciar lo que puede significar el contenido expresado en su letra, desde el punto de vista de la relatividad de las ideas, cito algunas de sus estrofas que motivó en Cuba la censura de la  misma:
        “Colgado de un barranco,  vive mi pueblo blanco, quien a fuerza de un cielo que no vio nunca el mar se cansó de llorar.  Por sus calles de polvo y  piedra, por no pasar ni pasó la guerra……
Y dice en otra estrofa:
          “Escapa gente tierna, que esta tierra está enferma y no esperes mañana lo que no te dio ayer, toma tu mula, tu hembra y tu arreo. Sigue el camino del pueblo hebreo, busca  otra luna, quizás mañana sonría la fortuna y si te toca llorar es mejor frente al mar…
          “Si yo pudiera unirme a un vuelo de palomas y atravesando lomas, dejar mi pueblo atrás, juro por lo que fui que me iría de aquí…pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio”
En su oficio de juglar y poeta, de hombre que ama la vida y la interpreta ante ese juez que siempre estará presto a opinar, y en el tribunal en el que todos estamos incluidos, bien se ha sabido defender Serrat. 
José A. Arias

    
        



PARA VARIAR Y...REFRESCAR.


A  PROPOSITO DE “ICONOS”.
Como es sabido hay cantantes e intérpretes, algunos pueden llegar a ser ambas cosas como en el caso de Marc Anthony. Recuerdo cuando era casi un desconocido y Ralph Mercado decidió incluirlo en su disco “La Combinación Perfecta” en dueto con La India, interpretando una versión salsa de “Vivir lo Nuestro”, tema que había sido éxito en la privilegiada voz del panameño Basilio.
Las facultades vocales de Marc impresionaron a muchos y como era de esperarse, en el tiempo transcurrido desde entonces, ha recorrido el camino hacia el lugar en que con toda justicia hoy se encuentra.
Al momento de ésta, su nueva propuesta discográfica, y según él mismo ha comentado; las canciones del disco, acertadamente titulado "Iconos", son las que escuchaba en su hogar por estar entre los temas preferidos de sus padres, y la idea es dar vitalidad a sus creadores, tanto como a los intérpretes que los hicieron populares en las prolijas décadas de los 70, 80 y aún en los 90.
Lo anterior es saludable y además recomendable y meritorio, el asunto es que hay temas de los que sus intérpretes originales se adueñaron al imprimirle su sello personal a través de sus voces. Si acudimos a un show de cabaret, o participamos del agradable ambiente de un piano bar, puede que nos cause satisfacción escuchar temas conocidos en la voz de cantantes desconocidos y que no por falta de calidad desde el punto de vista musical, en muchos casos no logran rebasar el anodino plano de la intrascendencia.
Ahora con”Iconos” sucede algo diferente; se trata de un cantante-intérprete que ha hecho de algunos temas creados para él verdaderos éxitos y que tanto en grabaciones como en presentaciones públicas han trascendido en su voz para enchinarnos la piel o enardecer multitudes. Puede que Anthony se sintiera cómodo y al mismo tiempo motivado para cantar –no interpretar- temas de José José, Juan Gabriel, Roberto Carlos, José Luis Perales o Maná; para mí, sin embargo, hay una poderosa razón comercial en la propuesta en virtud de que no es secreto para nadie que la canción pop en español se encuentra en un momento de orfandad creativa en lo tocante a temas capaces de trascender.
Es entonces una buena estrategia comercial que un artista de la estatura de Marc Anthony –que canta de verdad- regrabe números previamente exitosos en las voces de sus creadores e intérpretes originales, después de todo hay un segmento del mercado ávido de escuchar buena música y buenas letras y si nadie es capaz de llenar el vacío (hay excepciones como las de los creados por Omar Alfano e interpretados por Gilberto Santa Rosa) regresar al pasado es una alternativa.
Creo, sin embargo, que en algunos números los arreglos musicales no aportan mucho y en ocasiones hacen palidecer las versiones originales restándoles fuerza desde el punto de vista musical. El tema Y Como es Él de Perales, sabiamente escogido como corte de presentación es sin dudas, uno de los más acertados, Marc le da fuerza como en su tiempo lo hiciera Raphael, catapultándolo a la categoría de “hit” “que no hubiese alcanzado en la voz de su autor, más compositor que cantante. El tema de Maná me sugiere cierta osadía interpretativa porque todo lo del grupo de rock mejicano, uno de los mejores del  género en español, tiene un sello peculiar; salvando las distancias, es como querer escuchar en la voz de un baladista una creación de los Beatles.
En virtud de todo lo anterior, volvamos a donde empezamos. Si un cantante puede ser a su vez un gran intérprete, como en el caso de Marc; no debiera tener que acudir a lo que otros han hecho para ellos y  alcanzar sus momentos  de  gloria; porque cuando esto sucede siempre la comparación se impone y no siempre los resultados son trascendentes.
Algunos, los más jóvenes, estarán escuchando por primera vez estas canciones, el propio Marc así lo reconoce; otros, no tan jóvenes, verán revitalizadas en su voz canciones que fueron parte de su pasado. Visto desde esta perspectiva,” Iconos”, cuyo título en sí mismo es un acierto, puede constituir un intento loable; sólo eso. Propondría, sobre todo a los que ahora descubren el pasado, que regresen al origen para que puedan conocerlo de viva voz y sacaran entonces sus propias conclusiones.
José A. Arias.


Sunday, April 10, 2011

Amar en Varios Tiempos.

Amar en Varios Tiempos (Spanish Edition)Cuarenta y cinco poemas en los cuales se conjuga el más universal de los sentimientos: el amor. Todo en la perspectiva y la imbricación de tiempos que a su vez son aspectos fundamentales en la vida de los seres humanos: la vida misma, el amor sentimental y el amor a la tierra. En el acceso a cada una de las tres partes del poemario, el lector encontrará un argumento introductorio relacionado y escrito en prosa cuyo contenido, en cada caso, permite apreciar al amor en la multiplicidad de valores en que se pretende expresarlo, más allá del limitado presupuesto clásicamente romántico.
Parte de las ganacias de las ventas de este libro serán donadas a la defensa legal del prisionero político cubano en cárceles norteamericanas, Eduardo Arocena.