Thursday, April 5, 2012

LA DEBILIDAD DE LAS FARC Y LA ESTRATEGIA DE SANTOS.


Los guerrilleros andan por la selva y en una especie de prolongación de su propia agonía, que entre el elemento de fila, tiene más de supervivencia económica que de principios políticos; todo lo que pueden hacer es obtener un poco más de tiempo que ni se traduce en victorias, –ya ni siquiera capaces de ser catalogadas como pírricas- ni en el alcance de supuestos objetivos políticos que nunca alentaron la idea de endosar la democracia.

Grosso modo, fue evidente que finalizada la presidencia de Pastrana y tras el posterior arribo al poder de Uribe, las cosas para las FARC fueron de mal en peor. La “política de seguridad democrática” adelantó al país una especie de garantía de supervivencia social de la que había dejado de disfrutar en medio de la zozobra propiciada por el terrorismo en la época inmediatamente anterior. Conseguido ese primer objetivo, el gobierno fue a la ofensiva en contra de los guerrilleros y decidió confrontarlos en su propio medio, con toda la fuerza y el poder de sus instituciones armadas y organizadas a través del acopio de una valedera experiencia castrense de más de cuatro décadas en esas lides.

Los resultados no se hicieron esperar: cabecillas (parece un acto de condescendencia llamarles líderes, aun refiriéndonos al entorno de sus propios elementos de fila) que habían impuesto el terror entre sus subalternos y en los medios en que operaron con relativa libertad de movimiento y entera impunidad, fueron cazados y “dados de baja” –como suele decirse en los partes gubernamentales- uno tras otro. Ahora y bajo la dirección de otro “alias”, el camarada “Timochenko”, las FARC son un grupo revolucionario en extinción, abatido por los reveses que consecutivamente les han sido asestados, pero que ávidamente está buscando la forma de supervivir. Es posible que las tácticas se inspiren en esas conspicuas y teóricas mañas bajo el nombre de “retiradas estratégicas”, en las que los revolucionarios modernos alegan tener gran experticia desde Lenin a nuestros días.

El nicho de la guerrilla, políticamente excavado entre el soporte principal del dinero proveniente del narcotráfico y el apoyo, a veces no tan explícito, aunque si implícito de los gobiernos de la actual izquierda radical a nivel continental y que en el caso del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela desempeña un rol de primer orden; permiten a la guerrilla el mantenimiento de una especie de compás de espera que les hace factible maniobrar en función de una estrategia diferente. En fin, que donde único asoma la cabeza de “tirofijo” Marulanda es en ese “homenaje” execrable del busto erigido para “recordarle” entre los pobladores marginados del “23 de enero” y con cuya secular pobreza el gobierno del impoluto Chávez no ha podido terminar.

Parece que el actual presidente Santos, manejando con destreza las alternativas, y en cuya hoja de servicios a la nación colombiana obran hechos importantes en el defenestramiento de la malhadada entidad guerrillera; ha tratado de combinar varias vertientes en el tratamiento de la problemática. Esa nueva expresión de Santos acerca de Chávez y que a tantos irrita, de llamarle “nuevo mejor amigo”, no es más que una inteligente alternativa para neutralizar un bribón de la catadura del venezolano. Quizás, lo más seguro, es que Chávez lo haya intuido; pero no le es posible pelearse con quien le tiende una rama de olivo, que para los colombianos representa muchos y válidos intereses, incluido el continuar adelante con la idea de mantener a la guerrilla neutralizada y bajo control, a la par que se conjura la posibilidad de altibajos en la relación económica entre Colombia y Venezuela.

Explicando de cierta manera lo que pudiera convertirse en manifestación de una peculiar variante para distorsionar y distraer la democracia al estilo de los mesiánicos profetas del ALBA, se anuncia para los términos del presente mes de abril, la creación de un “movimiento político" que deberá hacer uso, y sin declararse abiertamente partidario de las FARC –lo que en Colombia sería pecado de origen- del abierto juego democrático. Nadie puede ser capaz de predecir que puede prevalecer en la mente de Timochenko –siempre se ha dicho que es un tipo más político que sus antecesores- o de la inveterada amiga de la guerrilla, la ex senadora Piedad Córdoba, perenne liaison con los radicales pasados y presentes. Sin dudas, este será un nuevo reto para Santos en medio  del ejercicio de su presidencia y hacer prevalecer la democracia, a veces obliga a sacar conejos de la chistera.

José A. Arias  

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