Thursday, June 30, 2011

EN LA SOLIDARIDAD DEL INFORTUNIO.

Creí que no iba a escribir sobre el tema, pero en realidad hay dos ángulos desde el que se puede abordar. El más común, relacionado con la especulación que tanto gusta y entretiene; el otro vinculado a lo que constituye la infalibilidad del jefe en los regímenes totalitarios. Es sólo desde esta última perspectiva, desde la que habré de referirme al asunto.

Como ha quedado evidenciado en la novelística latinoamericana contemporánea dedicada a describir, entre otras cosas, la súper hombría de nuestros caudillos; el jefe no suda, es poco proclive a los padecimientos físicos y corporales y cuando acaecen quedan minimizados a fútiles argumentos clínicos, Tampoco solloza, llora o se lamenta, porque semejantes actitudes, despreciablemente humanas, ablandan su majestad entre sus súbditos y son actos de debilidad que no se pueden permitir. Son jefes y su condición extraterrenal no está a discusión.

Por lo anterior es que compulsa mi hilaridad el hecho de que se originen debates, nada menos, que para discutir la “constitucionalidad” del mandato que ejerce Hugo Chávez en medio de su convalecencia desde Cuba.

Lo primero que habría que preguntarse es: ¿por qué desde allí? Más allá de la potencialidad médica blasonada, es la experiencia en el tratamiento del esquema publicitario por intermedio del cual se maneja todo el proceso clínico-quirúrgico de los inmortales dirigentes.

Tal y como antes sucedió con su acólito, el comandante en jefe, debe suceder ahora con el “presidente candanguero”. Ridículas –no hay otra palabra más definitoria- imágenes de enfermos que cambian el pijama por las sudaderas deportivas, que no suelen aparecer bajo la supervisión de médicos, pero si de gorilas con cuerpos de gimnastas y cara de celadores y una música de fondo de velada solemne que concita el futuro, conforman la escenografía proyectada a quienes alienados del lógico pragmatismo, abren su encallecida mollera a estos recursos de melodrama planeado.

Realmente no es de mi interés cuál es el padecimiento de estos estoicos enfermos, si vuelven, o si se quedan, o la urdimbre especulativa –el plan no deja otra opción- que lógicamente desatan sus actitudes en los medios informativos. Lo que es indigno, es dar pábulo o lo que dicen o hacen, es como atarse al culebrón televisivo de una telenovela –sin ofender a quienes las prefieren- donde siempre existen argumentos para nuevos capítulos mientras estén entre nosotros estos inveterados histriones de la demagogia.

No dudo que a pesar de su padecimiento, el enfermo bolivariano se sienta orgulloso de poder interpretar el mismo papel de su gran mentor. Al menos está claro que en la salud y en la enfermedad, la solidaridad prevalece y para quienes lo pongan en tela de juicio, allí está el “venerable anciano”, periódico en mano, dosificando a su antojo las imágenes y moviendo los hilos de su marioneta preferida.

José A. Arias.

NOTA.- Hace algún tiempo escribí este trabajo que agrego como complemento del anterior, ya que me parece muy a tono con lo referido en el actual. Creo que es evidente la relación.




LA  INSOLITA  REALIDAD  DE  UN  FANTASMA.

José A. Arias.

Varias veces han venido a mi mente las imágenes recreadas por García Márquez en “El Otoño del Patriarca” al describir al personaje protagónico paseado en andas por sus acólitos entre una multitud cansada y ebria, alabadora y sempiterna, paciente y frustrada; exhibiendo enormes telarañas que crecen entre sus genitales no menos agigantados por el ejercicio del poder a lo largo de un tiempo que no pasa.

Habría que pensar en establecer cierto hito de contacto entre fantasía y realidad y lo literariamente tramitado por “El Gabo”con lo acontecido en una Isla, realmente maravillosa, en la que un personaje aún da visos de incredulidad al ejercicio de una tiranía.

Ahora todos opinan –yo entre ellos- sobre lo frustrante que resulta la connivencia entre los factores que conforman la anatomía del patriarca que nos ha tocado. La visión de su desconflautada humanidad y el sonido de su voz, apagada, pero aún condenatoria y sentenciosa; sus ademanes airados y prepotentes, que de no ser para imitar su ira y a la vez bendecirla resultan irreproducibles en su entorno, así ha debido dirimirse la vida de millones de seres humanos a través de varias generaciones.

De esa Isla, la mayor del Caribe, no puede hablarse sin pesar y entre los que encaran sus días vistiéndose con el ropaje de la conformidad, yace la duda. Es tanta la diferencia entre la maravilla y la realidad, que hasta “la praxis” de los marxistas dialécticos y benévolos pondría al desnudo los entuertos de ese camino sin final por el que hoy, en andas y enredado entre seculares telarañas, se mueve el fantasma convirtiendo la fábula en una cruel realidad.

No es el odio la principal motivación. El fantasma hará mutis algún día y ya no volverá a mostrar su impúdica arrogancia, temo sin embargo, que nos dejará la huella de una experiencia traumática y terrible cuyo conjuro tomará mucho tiempo en producirse tal y como suele suceder en estos casos.






1 comment:

  1. Realmente es increible que este muñecon de feria campesina, me refiero a Chavez, en su afan de emular o imitar a su querido comandante ha tenido el poder de llegar hasta la entrega sublime, ahora disfrasados de atletas juntitos cuesta abajo en la rodada marchan, deberian correr a ver si se despetroncan y como buen cristiano digo que Dios disponga, pero que desponga lo antes posible.

    Que suerte la de nuestros pueblos, tener a individuos como estos y tener que dispararnolos hasta el mero final, igual que una pelicula rusa de los años 60, bueno al parecer de cumple el adagio de que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, claro con la salvedad que Fidel esta haceindo todo lo posible por destruir ese refran capitalista e imperialista.
    Salud a todos y que viva la bacteria.

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