Friday, April 3, 2020

EL RESULTADO DE UN BUEN DEBATE



A manera de introducción al tema:

Lo que sigue forma parte de un intercambio sostenido con un amigo a raiz de su manifiesto apoyo al criterio de establecer diferencias entre los "internacionalistas" cubanos (médicos y especialistas del ramo, en las actuales circunstancias de la pandemia que afecta al Planeta)  enviados a desempeñar funciones a diferentes paises, sus propósitos y perspectivas en lo personal y lo que como "gobierno" el estado cubano pretende conseguir con la decisión que suele tomar en estos casos.

Ciertamente hablamos de un tema que ha prevalecido entre expertos y neófitos durante mucho tiempo y, solo acudiendo a una combinación elemental de factores vinculados al elemental raciocinio, pueden encontrarse respuestas: honestidad (para aceptar de buen grado los errores cometidos) y conocimiento de las circunstancias en que se han producido los hechos (algo más difícil porque, precisamente, el tiempo transcurrido ha ido debilitando el efecto de la memoria histórica)

En acuerdo contigo acerca de que el problema sugiere un análisis más extenso aunque no necesariamente profundo ― me atrevo a decirlo, por ser más conocido ―; son dos los principales argumentos (asideros) que tendría en cuenta para referirme al tema sin excederme en lo que tanto tú, como yo, conocemos bien (la historia, minúscula, en el contexto de la propia Historia): a) la concomitante falta de visión manifiesta en abordar el problema cubano siempre desde el antagonismo ubicado en las antípodas, b) la idea de equiparar educación y adoctrinamiento (1) que siempre ha estado, y está, presente como parte del esquema de dominio a nivel de “masas” (2)  a lo largo de todo el tiempo que nos trae al presente.

Como bien sabes la pasión deja ciega a la razón, pero a su vez es parte del comportamiento humano con el añadido que los componentes culturales y de origen proveen a las circunstancias; eso que llamamos idiosincrasia. No somos anglos o teutones y la nuestra, si tuviera cabida la clasificación psicológica del carácter, sería sin dudas colérica, folklórica y benevolentemente, afro – caribeña. Según un guerrero (Gómez), “cuando llegamos, nos pasamos” y según un filósofo (Mañach); la aféresis de nuestra etnia incluye el choteo como componente; para rematar, esa ineludible caracterización hecha por Cabrera Infante: (…) no es nada fuera de lo común que los cubanos sufran de delirio de persecución, venimos de una Isla, donde la persecución es un delirio.

Hasta aquí basta para fijar límites macro - establecidos y evitar que la disquisición sea extensa e innecesariamente pormenorizada. Tales elementos circunstanciales abrieron la puerta al infausto ― e inmerecido ― destino de la nación cubana a partir de 1959, dejando su huella en cada uno de los afanes y acometimientos de tirios y troyanos. La, hasta ahora, insuperable incapacidad de comprendernos para superar nuestras limitaciones es resultado de aupar el discurso de barricada, caudillista, populista y la falta de visión para poder descubrir a tiempo el hálito fascistoide que ese discurso alentó intrínsicamente desde siempre (3)

En mi opinión, Cuba no necesitaba una revolución para retomar el camino de la democracia en el momento en que se produjo la segunda intentona desarrollada a partir del triunfo de Castro en el 59, y aunque tal planteamiento pueda ser discutible, me baso en dos aspectos: a) la falta de conciencia política del cubano fue abusada por las intenciones de un “líder” que si bien poseía un gran carisma (4) no era, ni con mucho, un individuo conocido fuera de determinado ambiente universitario (no el más puro y auténtico, por cierto) y solo en círculos de agitadores profesionales cuya plataforma de actuación también fue, en su momento, discutible. Es bueno recordar aquí que todo lo que se ha escrito desde la perspectiva del poder en Cuba después de 1959, ha tenido como objetivo reelaborar la historia en virtud de crear una nueva percepción sobre la realidad de los hechos, “líder” incluido. Por cierto, no son pocos que, ocupados en el empeño, han carecido de brillo intelectual concomitante a pesar de su integrismo oportunista y, en la actual fase de “desmerengamiento”, esas ausencias se hacen cada vez más notables en lo que se ha venido observando una vulgarización conceptual coincidente.

Eso último que apunto no es otra cosa que el resultado de una evolución dialéctica que en el concepto del minimalismo castrista adquiere un carácter contradictorio y se convierte en involución, su contrario, en contraposición a los más puros y ortodoxos paradigmas del marxismo ― sobre todo en lo económico ― y del socialismo científico, de él ― y solo de él ― entendido como meta y destino de la sociedad (comunismo)

Como librepensador que soy, estaré siempre bajo la mira de quienes les atribuyen a las ideologías una importancia medular, lo cual se presta para aupar la confusión entre “las masas” haciéndoles creer que entre democracia e ideología existe identidad, siendo esto absolutamente falso. Cada vez que toco el tema recuerdo una sencilla caracterización de O. Paz en que define la ideología como un “corsé a la libertad de pensamiento” (5) en lo que la democracia, como instancia e institución, es integrativamente representativa en cuanto política y voluntariamente aceptada como manifestación del carácter de una sociedad. Lo fue la democracia ateniense en su original manifestación bajo Pericles, hasta que fue sometida a la dictadura de Solón, primer tirano de Atenas tras la victoria del militarismo espartano ¿hay aquí casualidad o causalidad?, por demás, reiterada a lo largo de la Historia.

De manera que remontarnos a los orígenes más lejanos nos abre la posibilidad de entender el tamaño y la negativa influencia de las limitaciones interpretativas que hemos venido padeciendo: fascismo, nazismo, falangismo, marxismo – leninismo (estalinismo) y maoísmo, son ejemplos de ideologías que, aunque con diferente origen, poseen más factores integrativos de identificación que diferencias y por ello, conducen a la misma encrucijada bien descrita bajo una categoría más incluyente: el totalitarismo (6)

Todo lo anterior estuvo y ha estado presente en el proceso de origen, desarrollo y desenvolvimiento de la revolución castrista, antes, pero sobre todo a partir de la toma del poder en 1959. Valdría la pena intentar a este punto, al menos, una mención de la relación entre comunistas y revolucionarios en el proceso de marras; porque lo que se le ha vendido a la opinión pública (incluida la internacional, no versada, que es absolutamente mayoritaria) es que siempre existió una comunidad de pensamiento entre los preceptos ideológicos (marxistas y leninistas) y los diferentes grupos de revolucionarios que llegaron al poder por la vía insurreccional en 1959. Nada más lejos de la verdad porque el conocimiento teórico del grupo revolucionario era muy limitado, aún en el caso de quienes dentro de ese grupo y formando parte activa del mismo, solo tenían algunos rudimentos fundados en lecturas sectarias y parcializadas. Los más avisados en tal sentido, viejos socialistas y comunistas de formación, estuvieron a distancia de los “revolucionarios” de oficio inclusive y en muchos casos, hasta después del triunfo en que las condiciones empezaron a cambiar y el cuasi tácito pacto entre Castro y los viejos comunistas insulares comenzó a cuajar bajo el efecto de los primeros regodeos entre la URSS y Cuba y sintomáticamente, como mismo habían hecho con Batista en 1940, los comunistas comenzaron a tener un papel importante en la definición ideológica de la revolución castrista (7)

MI JUSTIFICACIÓN AL HABLAR DE LO ANTERIOR EN EL CONTEXTO DEL TEMA QUE NOS OCUPA.

Ante todo, está dada porque sin poder abordar, solo mínimamente, los antecedentes expuestos; es imposible entender la extensión del efecto ideológico en la actualidad que es, más que nada, la evidencia de la relación causa – efecto. Digamos que, pensando en lo negativo del efecto en función de las causas originales, es donde se verifica el problema de la interpretación que se hace sobre la idea subyacente en el asunto del internacionalismo (proletario), entendido como gesto de “solidaridad” y “acto de humanidad”

Personalmente no creo que en la medida del alcance de la interpretación personal de Fidel Castro haya existido la necesidad de la solidaridad y de la humanidad misma; psicológicamente, ningún sujeto afectado por la presencia de rasgos tan negativos de su personalidad como el egocentrismo, la megalomanía, la autosuficiencia, la homofobia (misoginia) como él (sin diferencias en tal sentido con respecto, por ejemplo a Donald Trump) puede reconvertir tales afectaciones circunstancialmente más allá de una pretensión personal definida en el plano de sus intereses inmediatos. Eso fue, y es lo que se pretende hacer prevalecer, a través de la idea de la “continuidad”, en la actualidad y, en cualquier caso.

En mi análisis de la situación que nos ocupa, mis consideraciones no son solo históricas y/o políticas por una razón muy elemental: la formación de todos esos profesionales no ha tenido lugar en condiciones de prevalencia de la libertad democrática (elección personal en primera instancia) y si del adoctrinamiento ideológico ¿Acaso quienes nos “formamos” en Cuba bajo la prevalencia de esas circunstancias sabemos muy bien de que se trata? Llegar a comprender, como en nuestro caso particular, lo erróneo de la imposición ideológica en el plano de la formación científica y cultural nos ha hecho pagar un precio demasiado caro: el de la desvinculación forzosa con respecto a nuestro origen y las secuelas a resulta de ello.

No discuto la calidad, el nivel científico o técnico que, aún a pesar de las dificultades materiales producto de inapropiadas e insuperadas situaciones, poseen los profesionales cubanos. Pero lo que si puedo asegurarte que ninguno de esos médicos ha conocido, como parte de su formación, sobre todo, cultural y general, la influencia de la libertad de cátedra; no es algo que los que lo sabemos criticamos por insensato, lo dicen ellos mismos, los que tienen a su cargo el control de las principales instituciones educacionales a nivel superior: (…) no puede ser capacidad manifiesta, ni bagaje, ni contexto de un profesor universitario en Cuba (la libre cátedra), e implícitamente descaracterizada por quien no comparta las ideas de Fidel y nuestra Revolución (…) De tal suerte, e ahí por qué ante cualquier otro presupuesto, un cuadro con la imagen de F.Castro debe sustentar el indigno propósito demagógico que empaña cualquier virtud de un potencial gesto humano y solidario. Es como tocar a degüello sobre la aporreada sensibilidad de propios y extraños. Un acto de hipocresía, donde personas son manejadas por intereses que, a fuerza, se hacen prevalecer sobre los sentimientos personales. Si de alguna manera pudiera estar de acuerdo, sería tras escuchar a esos médicos manifestar su pensamiento sin afeites, encubrimientos o justificaciones baladíes; algo que muchos han hecho, solo un día después de desertar.

Pensarás que exijo demasiado, pero lo cierto es que no hay correspondencia entre lo que se manifiesta y lo que se pretende; es lo mismo que sucede con artistas, deportistas, intelectuales. Ejemplos sobran; el asunto está en que no todos están dispuestos a asumir las consecuencias y otros son, verdaderamente, portadores de un ADN demasiado rojo. Hay quien se muere de viejo y termina por matarlo alguna enfermedad de la que nunca tuvo conciencia o percibió los síntomas, otros hacen de la doble moral un standard (conozco a varios en tal caso) y los menos, optamos por marcharnos o aceptar el ostracismo como parte del duro sacrificio del insilio (al interior)

¿De qué vale entonces, la humanidad, la capacidad de raciocinio y de discernimiento? Si la manipulación se impone para garantizar la expansión de la ideología contra los derechos individuales ― y humanos ― el resultado final, buenas intenciones incluidas, se cancela, queda invalidado; se trata de una manifestación de la usura que no solo cobra sus réditos en metálico (lo que también hace, y por cierto, de una forma leonina) sino a cualquier plazo posible y mediante el establecimiento de su dominio de “las masas” a través de una discursiva escudada en la parafernalia ideológica.

ASPECTOS INMEDIATOS QUE SUGIEREN ALGUNA CONSIDERACIÓN

Deseo recordarte la importancia de poner en relieve algo de lo que te comenté sobre otros profesionales de la salud que se han establecido en diferentes países y que ante una situación de urgencia como la actual han solicitado se les permita poner en práctica su voluntad de ayudar, voluntariamente, sin costo para los beneficiados (a ningún nivel) y con conocimiento del idioma en cada caso ¿Cómo entender que Cuba ofrezca sus médicos a cuanto lugar lo solicite y en el caso de Italia, documentado, se le haya negado la colaboración a médicos y enfermeros venezolanos (más de 200) que residen permanentemente en el país y mal que bien hablan italiano? El motivo expuesto ha sido la falta de homologación; luego, cabe preguntarse, ¿lo están los galenos cubanos y/o auxiliares? ¿No hay una evidencia en esa actitud de politización de las circunstancias?, ¿por qué tiene que reconocerse como erróneo el resultado de una evaluación que, nosotros mismos entendemos y aceptamos, que implica el hecho de hacer prevalecer el aspecto propagandístico (refiriéndome benignamente al “corsé ideológico” como una categoría genéricamente inclusiva)?

La inmediatez de algunas circunstancias que, además, siempre han estado presentes, como la insensatez de la política norteamericana hacia Cuba que cuando mejor manejada ha estado, también se ha estrellado contra el valladar de la intransigencia en ambos lados, la falta de información (aspecto que a pesar de acusar algunos avances sigue estando bajo control) y la relativa y justificada interpretación de las circunstancias a nivel de la población en consonancia con la gravitación de factores voluntarios y aleatorios sobre su percepción, empero; no justifica el vicio reiterado de un régimen amoral e insolente que entronizó en la conciencia popular la mentira como parapeto de sus inmundicias; al fin, como es característico del fascismo y del marxismo – leninismo que bajo la influencia de determinadas circunstancias se acercan más de lo que muchos creen.

Creo que, al menos en mi caso, la factualidad de las circunstancias determina mi interpretación de los hechos.

Notas. -

(1). Educación y Adoctrinamiento. En: http://collagecubano.blogspot.com/ Perdona que me cite, pero se trata de una digresión conceptual que me parece oportuno traer a colación en el contexto.

(2). Muy conocida, así como también oportuna la conceptualización que hace Ortega y Gasset en La Rebelión de las Masas, su más conocido ensayo (1929) y que de alguna manera enfrenta en la inmediata primera post guerra su interpretación  a la de clases, desde la óptica del marxismo:
“Este hombre masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas internacionales
“Más que un hombre, es solo un caparazón de hombre…”

(3). Es conocido el vínculo entre algunas frases y enfoques de la Historia me Absolverá y Mi Lucha (Mein Kampf) de A. Hitler; sobre todo el final del Manifiesto Castrista, luego conocido como Programa del Moncada y donde se expresa la frase que da título al texto: “…condenadme, no importa, la Historia me absolverá. Curiosamente, no fue la única vez en que reminiscencias fascistoides se manifestaron en frases trascendentes de Castro; la otra, bien conocida es la pronunciada en el contexto de Palabras a los Intelectuales (1961): “…dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada…”
Es una alegoría directa a la frase del ideólogo del fascismo italiano Giovanni Gentile, uno de los paradigmas de Benito Mussolini: “…todo con el estado, fuera de éste nada…”

(4). Hay muy buenas caracterizaciones en el libro Redentores de Enrique Krauze, entre ellas las de Castro, Ernesto Ché Guevara y Hugo Chávez.

(5) En una recopilación de artículos realizada por el propio Krauze y Octavio paz: América Latina: Desventuras de la Democracia, hay un artículo (un mini ensayo, más bien) de Octavio Paz bajo el título de: La Democracia en América Latina y en el que Paz hace juicios muy acertados acerca del argumento ideológico, su perniciosa influencia y se refiere, explícitamente, al caso cubano y la revolución castrista. De allí, esa caracterización por él hecha de “corsé” al referirse a la ideología como limitación del pensamiento.

(6). La caracterización, clásica, de H. Arendt en la percepción de humanismo vs. Totalitarismo y su influencia en el mundo posmoderno.

(7). De las inconsistencias en las relaciones habidas entre comunistas ("pesepesistas"a quienes propiamente les gustaba llamarse y ser llamados de ese modo ― comunistas) y revolucionarios, hasta el hecho concreto de la fundación del INRA y el nombramiento como su presidente de Carlos Rafael Rodríguez en que ya se perfila un derrotero castrista al ámbito de la influencia comunista más tradicional ― PSP; se conoce bastante entre historiadores e investigadores de oficio. Luego vienen las EBIR y las ESBIR ― estadío superior, solo superado a posteriori por las “comisiones de orientación revolucionaria” y las Escuelas del Partido Comunista desde los niveles de base a la Nacional (Ñico López) donde elementos como Fabio Grobart, Osvaldo Sánchez y Leonel Soto, entre los más conocidos y notorios, desempeñaron un papel en el diseño del adoctrinamiento a nivel de población en los comienzos.

     
  

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