Thursday, December 14, 2017

UN RECLAMO DE LOS TIEMPOS QUE SE NOS VIENEN ENCIMA

Hay mucho de novedoso en las propuestas que se ventilan sobre Cuba y el actual estado de la situación política prevaleciente allí. Alternativas esbozadas mediante una argumentación teórica, jurídica y científica, que están seriamente presentadas y, en mi opinión, honestamente concebidas.

Para cualquiera sería entendible que, dirigidas al alcance de un objetivo común, ninguna puede ser festinada y/o deshonesta. Cualquier intento de poner ese enfoque en la palestra, no es premisa de este análisis y una opinión en tal sentido, y tendiente a la descalificación a priori, queda invalidada por su propia e intrínseca esencia.

El proyecto Consulta Popular Cubana, concreta y escueta indagación entre cubanos dentro y fuera del territorio nacional, basado en el derecho al voto de todos y presentado por los juristas Horacio Espino y Santiago Alpízar en Miami, parece una forma viable de sortear las argucias anticonstitucionales que emplean los representantes del régimen cuya actitud de inconsecuencia es evidente (1)

Siempre se ha sabido de la actitud ubicua de los funcionarios al interior; algo menos, de lo que caracteriza el fracaso de asumir una postura similar o muy parecida desde la antípoda al pretender pensar que el NO como respuesta ha de ser siempre la alternativa viable. Debe notarse que tal posicionamiento aferrado a la inercia política ha dejado de ser efectivo en cualquier sentido y, en consecuencia, vinculante a un pasado superado al que, precisamente, se relaciona el soporte de la ideología contrapuesta; totalitaria y excluyente.

Son muchos los cubanos (10% del total) los que desde fuera debemos: a) demostrar el interés manifiesto por contribuir a la solución de los problemas de nuestro país de origen; b) constituir un bloque lo suficientemente sólido y uniforme, capaz de impulsar la toma de conciencia y el interés en la participación al interior de la Isla.

Mediante quejas reiteradas que nosotros mismos nos cansamos de escuchar, repitiendo afirmaciones discordantes y manidas entre el mismo tiempo que llevamos padeciendo a la cuerda de ineptos que desgobiernan la nación con el único objetivo de garantizar su beneficio personal y el de sus familias, la efectividad de los resultados queda en entredicho y no se traduce en medida tangible del alcance de ningún objetivo concreto hasta hoy.

En concomitancia con lo anterior (y en un tono esencialmente positivo) la segunda alternativa de participación en bloque y de oposición al régimen, está fundamentada en la creación de una entidad parlamentaria, según la define Pedro Campos Santos, uno de sus principales proponentes e impulsores.

La potencial efectividad de esa propuesta radica en el hecho de obviar cualquier tipo de liderazgo personal ―sin que sea condición que desaparezcan ―, en función de conseguir representatividad en cualquier ámbito y que sea capaz de aprovechar la situación por la que hoy atraviesa el régimen (2)

Parece apropiado insistir en el hecho de que entre ambas propuestas no hay diferencias de interpretación en lo relacionado con los criterios organizativos. En ambas pervive como referente lo que pudo haber sido en su momento el criterio para la fundación del Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH, en los 80) y el activismo de Oswaldo Payá Sardiñas al frente del MCL (en los 90) Al enfrentar la viabilidad de los procedimientos, se suma ahora un elemento de vital importancia inexistente en los tiempos referidos: el empleo de la tecnología en la diversa gama de recursos que provee y cuya vulnerabilidad, a pesar de los intentos manifiestos, se escurre como arena entre los dedos de los censores y los represores.

Aquí y ahora, no viene al caso discutir elementos aleatorios y superficiales como recursos pertinentes y su procedencia lícita, interpretaciones de carácter filosófico y/o religioso, parcialización o escogencia de sectores de apoyo en el ámbito internacional fuera de vínculos que pueden devenir en compromisos o acarrearlos a futuro; menos, perder tiempo y concitar con ello el desgaste del prestigio exponiendo diatribas contra quienes estén dispuestos como elementos de fila ―siempre y todos ― a participar en lo que se discute con seriedad y en relación a lo que pueda suceder en Cuba después de febrero de 2018.

Puede pensarse que lo que hoy se propone desde el exterior, no es nuevo. Muchas veces se ha hablado de la necesidad de unidad en el exilio y ello pudo lograr la coincidencia de personas conocidas, influyentes e importantes, aún a pesar de manifestarse cierta resistencia y resquemores en lo relacionado con la concesión de jerarquía, en cualquier caso. He aquí el lastre y la limitación derivados de liderazgos mal interpretados. Lo que aún está por conseguirse, y es de lo que se trata, es la unidad vinculante con el cubano de a pie en la Isla. Cualquier intento en tal sentido es loable.

De tal suerte, la crítica recurrente al liderazgo es la de carecer de instrumentos idóneos para conseguir su identificación a nivel popular. Eso, no ha sido bueno ni redituable y debe ser entendido entre opositores y disidentes a fin de concebir la idea de la institucionalidad representativa, que no desvirtúa el carácter democrático, ni la necesaria pluralidad que consistentemente y con razón se reclama. Los hechos que siguieron a la caída del comunismo en los países del bloque euro-oriental fueron y aún son, un buen ejemplo en tal sentido y las referencias al respecto no deben ser superficiales.

El tiempo ha hecho su trabajo en cuanto a la erosión de un régimen que hoy ofrece la única imagen que es capaz de proyectar, la de mantener una entelequia basada en la demagogia (vicio inevitable del totalitarismo) y el ejercicio y empleo de la fuerza de un sistema que se decanta por el empleo de métodos de represión fascistas, al tratar de ocultar, coaccionar y minimizar la acción de quienes se le oponen.

Hay que dejar de mirar los toros desde la barrera, sobre todo si tras de ella se critica lo que no se entiende y se hace imposible explicarlo a quienes necesitan escuchar alternativas.

José A. Arias-Frá
12/14/17

Notas.

(1)  Muy recomendable se hace la lectura del documento: Promoción de iniciativa legislativa de Modificación de la Ley Electoral para el pleno reconocimiento y ejercicio de sufragio de los ciudadanos cubanos residentes en el exterior. En: https://www.change.org/p/cuba-asamblea-nacional-consejo-de-estado-reconocimiento-del-derecho-al-voto-de-los-ciudadanos-cubanos-residentes-en-el-exterior

(2)  Campos Santos, Pedro. - ¿Cómo alcanzar la democracia en Cuba? En: diariodecuba.com  
  



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