Monday, July 31, 2017

VENEZUELA: UN DIA DESPUÉS DE LA ESTAFA.

Evadiendo evidencias, sin observadores internacionales, sin prensa no oficial, sin vergüenza y en ademán característico de un absoluto cinismo, el CNE anuncia su mentira. Calificarla está demás; “aplastante victoria, lección de amor del pueblo a su revolución”, dijo Diosdado Cabello, mientras adláteres y corifeos le reían la gracia y se inventaban sus propias diatribas con el afán de echar leña al fuego entre usurpadores vistos, por ver y cuya maledicencia conocemos.

¿Y el país destrozado bajo los efectos de una protesta que no amaina?

¿Y los muertos, los heridos, los desaparecidos y los presos? ¿Son acaso ficción?

Como se sabe, al argumento final de los números siempre le antecede el suspenso, aquí, es un acto de alevosa premeditación agravado por el efecto de la nocturnidad. Es una conjura entre delincuentes, siempre taimados y dispuestos a agredir voluntades ajenas.

Se dice que hablarán de entre 8 y 8.5 millones de votantes; pero lo único cierto es que tras el anuncio y en un plazo de 72 horas, la Asamblea Comunal se habrá instalado para cumplir el urgente cometido de defenestrar a la Asamblea Constituyente electa en diciembre del 2015, fecha en que el oficialismo se vio obligado a reconocer el duro revés que la oposición hubo de propinarle. Espina clavada en el costado del autoritarismo desde entonces.

Tras lo visto durante la jornada del 30 de julio/2017 debe colegirse que cada hora transcurrida después de la insolente actitud de quienes quieren hacer su día viéndole la cara a los venezolanos y a la opinión pública de otros orígenes, ello constituye una vergüenza de la que no es posible desentenderse.

Si de cualquier manera Maduro impone su voluntad y la del círculo de beneficiarios de su gestión personal, cualquier argumento después de lo que se vive en el país se habrá de convertir en mácula de conciencia irreparable. Ya, no habrá nada que decir; los teóricos se convertirán en diletantes y utilizaran la siniestra mano izquierda para tapar la Luna, que el Sol, ya lo habrá estado. Sobrevendrá entonces la oscuridad que conocemos.

HUELLAS DE LA TRAMPA

Hace sólo quince días, alrededor de 7 460 000 electores votaron para oponerse a la Constituyente Comunal propuesta por Maduro.

Ahora, se inventan los números aunque siempre con la suspicacia de que los falsos resultados sobrepasen los del referendo del 16 de julio (8 000 000, más de 500 000 que los que consiguió la MUD hace sólo 15 días, alegan) Trayendo a colación un argumento, uno sólo, se puede descubrir la mentira. Según el CNE Maduro obtuvo más votos para su propuesta en esta ocasión que los que sacó frente a Capriles para la presidencia que hoy ocupa; entonces, tenía un porcentaje de aprobación popular mayor por ser el heredero designado por Chávez, que el que tiene ahora tras todo el desgaste de casi cuatro años de desgobierno y la crisis de 2014, además de la actual, que no es otra cosa que la reedición de la permanente, funcional y de gobernabilidad del estado fallido bajo el mandato del PSUV. ¿Puede parecer medianamente lógico lo anterior?

El régimen acepta 10 muertes ocurridas durante la jornada de ayer (30/07/2017) frente a una cifra superior dada por la oposición. Indolente parece la actitud de quienes condonan la culpa mediante el inocuo regateo de cifras, o; ¿acaso el criminal deja de serlo por reconocerse autor de menos víctimas?

Más allá de la represión y esta estafa de la Constitución Comunal, ¿cuál es el plan del gobierno para sacar al país del estado en que se encuentra?, ¿es posible que un seudo-gobierno como el actual pueda restablecer el orden y encarrilar al país en la implementación de cualquier modelo de participación popular verdaderamente democrático?

Cualquier elemental proposición en el contexto de una genérica relación causa-efecto, parece coincidir con la respuesta: No.

De insistir en la impoluta y perfecta ― y no la actual ― solución a través de las urnas, ello sólo sería posible mediante la celebración de unas elecciones generales transparentes y bajo observancia de la comunidad internacional, sin los órganos de poder bajo el control del ejecutivo (CNE y TSJ). Ello, sugiere un planteamiento político donde Maduro y sus personeros no pueden estar presentes por razones obvias.

Otros argumentos deberán estar relacionados con la conjunción de la crisis venezolana y su relación a corto plazo con la comunidad internacional. En ello, son varios y alternativos los vectores y por obvias que puedan parecer, las opiniones caen en el terreno de la especulación. No obstante, habrá que ver los efectos de lo que se propone y se proyecta y lo que a la larga ocurre. Es lógico pensar que de ello pueden depender muchas cosas.

José A. Arias-Frá.
07/31/2017

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