A veces es agobiante, aunque no innecesario, el volumen de información que las personas medianamente actualizadas reciben por conducto de las diferentes vías que la tecnología ha sometido a un “up grade”. Los tiempos en que la noticia fluía con cadencia acompasada y acomodada a determinados intereses parecen parte del guión de una película insertada en la historia de algún “cine dorado” en la cinematografía de algún que otro país.
Para los que tenemos el privilegio de vivir estos tiempos y poder juzgarlos contando con el antecedente de lo que he referido, el valor que debemos atribuirle a esa suerte de avalancha es incalculable. Los que hoy viven en la zaga de las redes sociales, incluidos los que de ellas hacen un uso profesional, la tecnología es indispensable.
Visto de ese modo, el énfasis ha de ponerse en la diferencia abismal entre las sociedades con acceso a los avatares tecnológicos y las que por diversas razones aun están impedidas de retroalimentar la necesidad informativa de sus deudos. Aquí se emplean, en medio de una justificación muy parcial, argumentos como el de la desigualdad económica, social y el enorme foso que separa el desarrollo del subdesarrollo, el norte del sur, las barreras religiosas, la lucha de clases y cuanto pretexto pueda argüirse para desviar la discusión de lo verdadero. (1)
La realidad está fundamentalmente influida por el factor político. La información y el consiguiente tratamiento que se da a la noticia, abre; para los que viven en libertad, el camino a las opciones y a los que viven sin ella, un derrotero que conduce a la carencia de criterio, a la ignorancia, la intransigencia, la insensatez y la falta de tolerancia que es el resultado de una acción impuesta y originada desde el poder.
Con la velocidad informática a través de la cual se hace posible asumir una actitud socialmente válida hoy; la única alternativa que queda a quienes pretenden evitar lo inevitable es tratar de cancelar las vías en que la difusión de la información se produce. El régimen criminal y dictatorial de Bashar El Asad en Siria ha dictaminado que no es posible la presencia de prensa internacional –la nacional no cuenta- en las actuales circunstancias por las que atraviesa el país; las imágenes de la represión pueden, sin embargo, ser vistas por millones de personas en todo el mundo.
Cuando el régimen de Ahmadineyad, ahogó en sangre las masivas protestas populares en Irán tras su reelección, la humanidad pudo constatar los hechos que corroboraron la deleznable acción gubernamental. Los ocho meses que duró la sublevación de los guerrilleros contra Gadafi en Libia y la guerra que se desató, más que recibir una amañada versión de los hechos; permitió que amplios sectores de opinión pudieran ser testigos de una descarnada crónica gráfica hasta ocurrir el desenlace con la ejecución del coronel.
Los días que precedieron al abandono del poder por Hosni Mubarak en Egipto y su posterior captura y enjuiciamiento, la ejecución de Saddam Hussein y algunos de sus siniestros colaboradores, los sucesos de Yemen, Bahréin y los acontecimientos que han precipitado la "primavera árabe" en un mundo que a nosotros desde la perspectiva de occidente nos parecía inamovible, han debido servir para entender que en medio de las actuales circunstancias cualquier desenlace, por imposible que pueda parecer es factible.
Los policías universales de la ortodoxia ideológica, se empeñan en hacer creer a sus víctimas que lo único malo que acontece es lo que ellos muestran como acciones execrables de las masacres llevadas a cabo por los “enemigos de la humanidad” y manejan a su antojo la palabra, dosifican la imagen, la falsean y la suministran como medicina social para acallar la conciencia de sus súbditos. Olvidan que los medios a través de los cuales esa información se hace accesible, son los mismos que ellos suelen criticar, desde luego, mientras no estén en su poder, bajo su control y siendo usufructuados para llevar a cabo el ejercicio de su política tendiente a materializar el logro de sus objetivos.
¿Puede establecerse alguna diferencia entre los casos donde la censura es el patrón por intermedio del cual se dosifica la información? La evidencia demuestra que ningún caso es excepción, y la identidad ideológica predetermina lo que en la práctica constituye un patrón de procedimiento que enfila sus baterías a la difusión de la noticia en su magnitud más impactante: la originalidad que los hechos, en el momento en que ocurren, evidencian. Ahí está el peligro que para los manipuladores representa la opción como alternativa y que constituye un lujo que ellos no pueden permitirse.
En los tiempos de las leyes marciales, los toques de queda, la supresión de la libertad de expresión ejercida por intermedio de la prensa escrita, radial y televisiva como únicos recursos de viejo estilo; aún era posible ejercer el poder dictatorial pagando un precio que no solía ser descartable por los dictadores. Hoy es diferente, es cierto que los que tienen vocación de ejercer el poder en esos términos no la abandonan fácilmente, pero su acción en el afán de evitar el descubrimiento de la realidad, se les hace cada vez más difícil, sino imposible.
Tanto como la imagen de verter agua en la canasta, es creer que las historias contadas por los titiriteros del retablo de crónicas elaboradas, pensadas en blanco y negro y fabuladas por los amanuenses de los dictadores, puedan hoy impresionar a quienes tengan la posibilidad de confrontarlas con los recursos que van satisfaciendo la necesidad del hombre de juzgar la realidad y emitir su criterio.
Tiempos muy difíciles acontecen para los amantes de la eternidad de falsas ideas mesiánicas y redentoras y ellos lo saben; por eso se aprestan a conjurar los efectos del presente y lo que es peor para ellos, de un futuro que se les escapa de las manos, aunque se empeñen en querer demostrar lo contrario. Sin dudas, el desarrollo de las comunicaciones les impone una necesidad que entraña un alto riesgo para la humanidad; la de hacer la guerra –hasta hoy solo evitable en esos mismos términos- como último recurso que les garantice su permanencia en el poder.
NOTAS.-
(1).- En Cuba el gobierno suele alegar que la incapacidad de difundir el uso de INTERNET es consecuencia de impedimentos generados para acceder a la conexión de cable de fibra óptica, que ha sido a su vez y según ellos, un resultado del “bloqueo” norteamericano. Recientemente se inauguró una conexión directa –vía acuática- de fibra óptica con Venezuela –muy sintomática, por cierto y en función de la relación entre los dos países- y la situación de acceso a la red de la población se mantiene al mismo nivel, -uno de los más bajos del mundo- sin que el gobierno se haya mostrado interesado en dar explicación alguna al respecto.
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