Cada vez en
mayor medida se demuestra que Cuba es un país gobernado por fantasmas.
Fantasmas ideológicos, un modelo económico que no es funcional y un estado que
políticamente se aferra a ambas cosas. Como estado, un verdadero
fracaso, algo que no es nuevo. El hecho acaecido hace apenas dos semanas, la
visita de Obama a Cuba, es el corolario más contundente de tal afirmación.
No se trata de
evaluar los resultados, por el contrario, de observar cómo responde, a la
evidencia y desde dentro; el gobierno. Primero, los homúnculos creados por el
sistema, luego; un señor que está "en retiro" y que sin dejar a un lado la
“genialidad” de sus interpretaciones de alquimista de la historia, se atribuye la
prerrogativa de hablar de todo y de todos.
¿No parece,
acaso, sin precedentes y anormal que algo así pueda suceder? Las respuestas no
vienen de voces autorizadas, las producen aquellos cuya definición política es,
cuando menos, poco seria. Pero reflejan la verdadera intríngulis del poder en
un país que se conduce a la deriva, sobre la improvisación del día a día y en
aras de vender una imagen de supuestas realidades basadas en entelequias.
Dejando de
lado cualquier afiliación, se trata de un predio en que el “presidente” no
contesta, lo hace por él un hermano que ya no tiene vela en el entierro y un
grupo de crédulos servidores que constituyen el reflejo del enano de matraz
creado en el laboratorio, escenario fallido de la genética social de esa revolución; y si
se verifica una abstracción en tiempo, parecería una historia de leyenda
medieval, de dragones que vomitan fuego, versus aguerridos caballeros que
rescatan la espada de la piedra. Merlín, enclaustrado en el tronco de un árbol
y el alquimista, elaborando pociones para salvar al “hombre nuevo” del fanguero en el que retrogradas concepciones le hicieron nacer.
En medio de la
ingeniería social del comunismo o bajo la conceptualización de cualquier
totalitarismo todo ello es posible, porque lo primero que se desconoce es la
voluntad individual. Elaborar al respecto se hace ya, casi tedioso; la historia
del siglo XX nos da ejemplos contundentes y que, por descartables, nadie quiere
repetir; sólo los empecinados en que la razón se vista con el ropaje que niegan
la dialéctica y los tiempos. Ahora, el único recurso es clonar la historia del
pasado sin abandonar los escenarios de las glorias pretendidas.
Los clones del
comunismo y su ideología, se proponen perpetuar su imagen en los mismos predios
en que el agotamiento los desgastó; al amparo de las mismas consignas, las
mismas propuestas y los mismos resultados. Una muy buena fórmula para vivir y
hacer vivir a quienes padecen por sus decisiones, entre glaciares
antediluvianos; contando fábulas sin moraleja que harían sonrojar a Samaniego.
Parece que hoy, los clones no funcionan y los homúnculos se acreditan su
intrínseca inexistencia. Su discurso, no es original y su aspiración, la de
aprendices de brujo.
Es
verdaderamente penoso, algo así como una historia increíble –por desgracia,
real- pactos con el diablo y esquivos códigos llenos de fórmulas mágicas y
peligrosas invocaciones. Aún el contrato entre Mefisto y Fausto, no llega a su
término.
Definiciones
mínimas.-
Homúnculo.-
Seres pequeños (alrededor de 30 cms.) que los alquimistas pretendían producir
en condiciones extra-naturales; metiendo en una bolsa distintos ingredientes y
enterrándola en estiércol de caballo. El embrión debía estar formado en
cuarenta días…
Clones.- algo mucho
más conocido por su actualidad y relevancia en el mundo científico y en el
marco de los avances de la genética. Experimento llevado a cabo exitosamente
desde el caso de la oveja Dolly -1996- en Gran Bretaña. En materia de
agricultura, algo que se practica con profusión desde 1912. ¿Será casual que
los clones políticos actúen como las ovejas?, ¿fue escogido este animal por su conocida
docilidad? O, ¿se ha concluido que la Moringa es planta de fácil clonación?
Merlín.- El
super-mago más conocido de la historia y a quien, según la leyenda, Morgana
terminó encerrándolo en el macizo de un gigantesco tronco de árbol.
Alquimistas.-
Individuos que tratando de encontrar “la
piedra filosofal” se valían de argucias para engañar a los crédulos e
imponer su “sabiduría”, mezcla de argumentos esotéricos con la química.
Verdaderos portentos de la elucubración pseudo-científica.
Mefisto.-
Mefistófeles, agente de Lucifer (Belcebú) que media entre él y el doctor Fausto
en la pieza más trascendente de Göethe.
José A.
Arias-Frá
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